Fornillo es la alternativa sensata a Spiaggia Grande. Accesos claros, mejor época real, costos honestos y dónde comer sin excesos. Guía directa para disfrutar Positano con menos filas, menos prisas y más mar.
Por referencias de locales de Positano, he afinado la ruta y los tiempos para disfrutar Spiaggia del Fornillo sin estrés. Es una cala más tranquila que Spiaggia Grande, con acceso sencillo si sabes por dónde moverte. Aquí comparto lo que realmente importa: cómo llegar sin complicarte, cuándo ir, cuánto cuesta y dónde comer sin pagar de más.
Acceso Spiaggia del Fornillo sin coche
La forma más limpia es llegar al puerto de Positano en ferry y tomar el sendero costero hacia Fornillo. Son 10–15 minutos por la Via dei Positanesi d’America, casi llano, con balcones al mar que huelen a sal y a limón. Se camina sin apuro, escuchando gaviotas y el golpeteo suave del agua contra las rocas. Funciona perfecto si vienes ligero: mochila y manos libres, punto.
Si vienes en bus SITA, bájate en Sponda o Chiesa Nuova y prepárate para escaleras. Calcula 20–30 minutos de bajada según tu equipaje y tu ritmo. En tramos, los peldaños son irregulares y de piedra que calienta con el sol; con trolley grande, la experiencia se hace pesada. Sigue los carteles “Spiaggia Fornillo” y, cuando dudes, pregunta: un comerciante me señaló una vez un atajo entre muros de buganvillas que me ahorró varios escalones.
Para quienes van cargados o con movilidad limitada, el taxi boat desde Spiaggia Grande hasta Fornillo es práctico. Por referencias de locales de Positano, suele operar de forma continua durante el día, con trayectos cortos que dependen del estado del mar. Si mal no recuerdo, el precio era por persona y conviene llevar efectivo pequeño. Cuando entra mar de fondo, a veces lo pausan; pregunta en los mostradores del muelle antes de comprometerte.
Un detalle que muchos pasan por alto: en el sendero hay sombras intermitentes, pero a mediodía pega fuerte y las piedras guardan calor. Gafas, gorra y agua marcan la diferencia. Y por favor, no bloquees las escaleras con el equipaje; la gente fluye mejor y todos llegan más rápido.
Dónde aparcar en Spiaggia del Fornillo
Aparcar en Positano es caro y limitado. En playas similares de la Costa Amalfitana he visto que lo más sensato es dejar el coche en Sorrento o Meta y entrar en ferry o SITA. Si insistes con coche, busca parkings privados en la parte alta y asume tarifas por hora elevadas; algunos ofrecen shuttle al centro, otras veces toca bajar a pie entre gradas. Fines de semana y festivos, reserva o llega muy temprano.
- Llega temprano para evitar colas en el sendero y asegurar sitio en la playa libre.
- Calzado con suela: guijarros y tramos de escalera castigan sandalias finas.
- Viaja ligero; maletas grandes estorban en las gradas y cansan el triple.
- Lleva efectivo para taxi boat y pequeñas compras; no todos aceptan tarjeta.
- Si usas parking, fotografía tu ticket y ubicación; perderse en las callejuelas es fácil.
Mejor época Spiaggia del Fornillo
Mayo, junio y septiembre son los meses que mejor rinden en Fornillo: clima estable, agua ya templada y menos competencia por espacio. En costas de Campania, he comprobado que los días rinden más cuando la brisa es suave por la mañana y el mar amanece pulido. En julio y agosto la estampa cambia: más barquitas, más ferries, más ruido y más calor. Funciona, pero con estrategia de horario.
En la práctica: si apuntas a antes de las 9:00, pillas el agua más clara y el guijarro aún fresco; se oyen las gaviotas y ese olor a sal y pino del sendero llega limpio. A mediodía, el sol pega duro y las piedras irradian calor; la superficie se mueve por el tráfico de embarcaciones y baja algo la visibilidad. Desde las 16:30–17:00 la luz baja, el acantilado empieza a dar sombra en la parte trasera y la playa respira. En septiembre esa sombra llega un poco antes, y se agradece.
Temporada operativa y pulsos locales: los estabilimenti suelen abrir desde finales de abril y cierran hacia octubre si el tiempo acompaña. Ferragosto (15 de agosto) es el pico absoluto: familias italianas, reservas completas, ambiente festivo. Fines de semana de verano sube la presión; entre semana es más llevadero. Por referencias de locales de Positano, un bagnino me explicó que cuando sopla Maestrale el aire se siente más limpio y el mar aguanta mejor; con Scirocco el calor se encierra y pueden aparecer medusas tras varios días calmados.
Temperatura del agua y sensaciones por mes
- Mayo: 18–20 °C. Mañanas frescas, playas aún con huecos. Ideal si te mueves ligero.
- Junio: 22–24 °C. Días largos, mar agradable, buen equilibrio ambiente/servicios.
- Julio–agosto: 25–27 °C. Ambiente pleno, calor alto, más oleaje de paso de barcos y familias a tope.
- Septiembre: 23–25 °C. Luz dorada, menos bullicio, agua todavía muy disfrutable.
- Octubre (variable): 20–22 °C. Semanas tranquilas si el tiempo aguanta; algunos chiringos reducen horarios.
Detalle marino útil: en días de mar de fondo, Fornillo queda algo más protegido que Spiaggia Grande, así que el baño suele ser más cómodo. Si mal no recuerdo, los reportes locales avisan rápido cuando hay medusas; pregunta en el primer chiringo, siempre están al tanto. Y un apunte responsable: usa protector biodegradable y evita mover piedras para “hacer piscina”; el entorno lo agradece.
Último tip ligado al bolsillo (lo amplio en el próximo capítulo): en mayo y septiembre las tarifas de hamaca son más amables y hay más margen para elegir filas; en el pico de verano, la primera línea vuela y se paga. Si prefieres la zona libre, el tramo es reducido y se completa pronto, sobre todo en fines de semana.
Presupuesto real para Spiaggia del Fornillo
En costas de Campania he comprobado que el gasto fuerte en playas con stabilimenti se va en hamaca y sombrilla. Fornillo es más amable que Spiaggia Grande, sí, pero no es barato. La tarifa cambia por fila y por chiringo: en alta temporada, dos hamacas + una sombrilla pueden ir de 35–55 € en filas traseras a 60–80 € en primera fila. Si vas en plan libre, la zona pública existe, pero es pequeña y se satura rápido.
Un día, si mal no recuerdo, la señora del chiringuito me dijo: “Compra el agua grande arriba, aquí te cuesta el doble”. Tenía razón. En el pueblo, una botella de 1,5 L ronda 1–2 €; en playa puede subir a 3–4,5 €. Un panino en minimarket sale 6–9 €, en el chiringo puede ir a 9–14 €. Pasta en los restaurantes de Fornillo: 16–25 €. Huele a sal y a pizza recién hecha, pero que no te distraiga el bolsillo.
- Taxi boat desde Spiaggia Grande: precio por persona suele estar entre 5–10 € por trayecto. Algunos stabilimenti ofrecen traslado sin costo si reservas tumbonas con ellos; pregunta antes.
- Toallas de alquiler: disponibles en algunos sitios, calcula 5–10 € por toalla. No es la opción más económica.
- Café y refrescos: espresso 2–3 €, refrescos 4–6 €, cerveza 6–8 €, cócteles 12–16 €. Nada que sorprenda si ya rodaste por Amalfi.
Ojo con los extras invisibles: el suelo de guijarros “come” sandalias baratas; una esterilla de playa en el pueblo cuesta 5–10 € y te salva la espalda si vas a la parte libre. Si subes en coche, el parking en Positano puede ir de 6–10 €/h; duele más que el sol del mediodía. Y aunque casi todo acepta tarjeta, el barquero o el alquiler de sombrillas a última hora a veces piden efectivo.
Me gusta armar un número realista para dos personas:
- Modo tumbonas: 70–120 € día (set + bebidas/comidas básicas).
- Modo libre: 20–40 € día (agua, snack, quizá un café/cerveza; sin alquiler).
- Kayak/paddle (si te tientas): 15–25 €/h por persona, según mar y temporada.
Trucos para no pasarte del presupuesto
- Llega después de las 15:30–16:00: muchos stabilimenti bajan precios o venden medio día.
- Pide filas traseras y muévete si liberan adelante: funciona más de lo que crees.
- Compra agua y snacks en el pueblo. Si llevas termo, te dura fría bajo la sombrilla.
- Si te quedas en la zona libre, unos escarpines evitan el baile raro sobre piedras calientes y no tendrás que alquilar nada.
- En restaurantes, revisa si hay coperto (2–3 € por persona) y ajústalo en tu cuenta mental.
Así de directo: Fornillo se disfruta sin desangrar la tarjeta si llegas con plan. El mar está ahí, las gaviotas cantan, y el dinero se va donde tú decides.
Servicios en Spiaggia del Fornillo
Después de investigar Fornillo y charlar con un par de bagnini, confirmé lo esencial: los stabilimenti de esta cala funcionan bien para quien busca comodidad. Hay duchas y baños en casi todos, socorrista atento durante el día y alquiler de hamacas y sombrillas con varias filas. El suelo es de guijarros, pulidos y resbaladizos cuando están mojados; mi recomendación es llevar escarpines si no disfrutas el masaje de piedra en la planta del pie. El agua es clara, el olor a sal se mezcla con limón de la costa, y el murmullo de las barcas de taxi suena de fondo.
En playas similares he visto que hay diferencias entre duchas frías y con ficha. Aquí se repite: algunos ofrecen agua fría libre y para la caliente te venden un token; otros incluyen todo en el set diario. Suelen tener vestuarios sencillos y, en varios, pequeñas taquillas para dejar lo justo. Me crucé con un encargado que me dijo: “si llevas cosas de valor, mejor bolso seco en la hamaca y ojo en los baños”, consejo básico pero útil.
Sobre las hamacas: la primera fila se paga como oro. Un día descubrí que, preguntando por mezza giornata a partir de media tarde, liberan plazas con mejor tarifa y te sientan más adelante si hay hueco. Un bagnino me susurró, medio en broma: “después de las 15, pregunta de nuevo”. Funciona.
Varias bases alquilan kayaks y paddle por horas. Fornillo queda algo protegido, pero si sopla Libeccio o el mar levanta, suspenden alquileres sin discusión. Se agradece la transparencia: bandera roja y punto. Cuando el mar está tranquilo, remar pegado a las rocas huele a algas y piedra húmeda, y el eco de las gaviotas acompaña cada palada.
- Accesos y suelos: hay pasarelas de madera; con carrito o neverita, te facilitan llegar hasta tu sombrilla.
- Pagos: aceptan tarjeta, aunque he visto mínimos más altos en mostradores de playa. Tener algo de efectivo evita vueltas.
- Wi‑Fi y enchufes: varios stabilimenti ofrecen clave de Wi‑Fi; pregunta por enchufes cerca del bar si necesitas cargar.
- Zona libre: pequeña y sin servicios, útil si traes todo tu equipo. Se llena rápido.
- Taxi boats: operan con horarios pegados en pizarras; útil para moverte sin subir escaleras.
Si te da hambre, muchos bares de playa despachan cafés, granitas y algo sencillo a la sombra. Para comer bien sin pagar de más, lo cuento en el siguiente tramo.
Dónde comer cerca de Spiaggia del Fornillo
Comer pegado al agua en Fornillo tiene su encanto: brisa salada, olor a ajo dorando y el sonido de platos que va y viene por el pasillo de madera. En costas del Tirreno he comprobado que los menús de playa funcionan con fórmula simple y honesta: pasta al vongole, insalatas contundentes, frittura di paranza y pescado del día al horno. Si buscas mesa con sombra, reserva temprano; el sol aquí pega sin timidez y el servicio se satura hacia las 13:30.
En la misma arena, el chiringuito de Da Ferdinando es directo: panini de calamares, spaghetti sencillos y limoncello bien frío. Pupetto juega con ventaja si quieres pizza e insalatas grandes sin moverte del sector. Caminando por el sendero con vistas, Lo Guarracino sube un punto la experiencia: terrazas con mar en primer plano y buen pescado; no es el más barato, pero el mediodía aquí rinde. Un camarero me dijo casi en susurro: “si hay pezzogna o orata del día, pídela al horno con limón de Sorrento”. Funciona.
Si quieres estirar el presupuesto, sube unos minutos hacia el pueblo por Via Pasitea. Saraceno d’Oro mantiene precios razonables para pizzas bien hechas y jarras de vino de la casa. La Pizzeria Il Fornillo cumple con platos de pasta sin sobresaltos en la cuenta. Para llevar, una fórmula que me ha salvado varias veces: panini y focaccia de Collina Bakery o de la Delicatessen de la zona, fruta y a la sombra de un murete. Ojo: muchos stabilimenti no permiten comida externa en sus hamacas; come en la zona libre y listo.
Una mañana descubrí que llegar a las 12:00 abre puertas: la señora del chiringuito, con manos que olían a albahaca, me recomendó pedir la pasta antes del pico. Evitas la espera y comes con el mar todavía tranquilo, con gaviotas curioseando. Cuando entra el pescado, suele ser alrededor de media mañana; si ves cajas en el muellecito, ese día hay suerte.
- Pide el detalle: pregunta por coperto, pane y si aplican “servizio”. Evita sorpresas.
- Hidratación: muchos no sirven agua de grifo; pregunta por caraffa o elige botella grande para compartir.
- Horarios inteligentes: come antes de 13:00 o después de 15:00 para conseguir sombra y mejor atención.
- Dulce final: si te queda energía para subir, un delizia al limone en La Zagara hace justicia al día.
Los precios cambian según temporada y vistas. Mi recomendación: mira la pizarra del día, confirma peso del pescado y disfruta. El resto, mar y tiempo harán su parte.
Spiaggia del Fornillo con familia
Es una cala manejable si viajas con niños que caminan bien. Carritos y muchas escaleras no combinan; mejor mochila portabebés. El agua suele estar tranquila y hay socorrista en temporada. Sombra natural casi nula: sombrilla o hamaca es más que capricho. Entra por la mañana, descansa al mediodía y vuelve a última hora si aún queda energía.
En costas del Tirreno he comprobado que las playas de canto rodado engañan: el acceso es fácil, pero las piedras calientan y molestan a pies pequeños. En Fornillo pasa igual. El sonido del crunch al pisar se mezcla con el eco de las gaviotas y el olor a sal sube desde el embarcadero. Para familias, lo que funciona es viajar ligero y con un plan de tiempos bien medido.
Por referencias de locales de Positano, la forma menos sufrida de llegar con peques es el sendero desde Spiaggia Grande y, si las piernas no dan, usar el barquito que hace de enlace y evita parte de las escaleras. Aun así, hay peldaños. El bagnino una vez me dijo: “meglio venire presto”, y tenía razón: antes de las 10 la playa respira y el sol pega menos.
- Equipo clave: escarpines para todos, gorra, crema de alta protección y una bolsa ligera. Si vas a la zona pública, una sombrilla compacta salva el día.
- Seguridad: la entrada al agua se hace profunda rápido; los peques, siempre a la vista. En temporada, sigue las indicaciones del socorrista y las banderas.
- Sombras y siesta: la pared rocosa da apenas un hilo de sombra a última hora. Para el resto del día, alquilar hamaca con parasol o montar tu propia sombra. Si el presupuesto aprieta, mira la tarifa de media jornada por la tarde.
- Baños y duchas: los lidos tienen servicios y duchas; en la zona libre, todo es más básico. Lleva agua extra.
- Ritmo del día: mañana de chapuzón, retirada al alojamiento para comer y descansar, y vuelta a última hora para una luz dorada que, si mal no recuerdo, entra suave entre las torres.
En playas similares he visto que los imprevistos son mínimos cuando se respetan tres cosas: hidratación, sombra y tiempos cortos. Si notas brisa cálida del sur, pregunta al socorrista por medusas ese día; según los locales, algunas jornadas de calor traen visitantes gelatinosos. Y un apunte honesto: en agosto todo se llena y los precios suben; si buscas menos ruido, mayo, junio o septiembre suelen ser más amables.
Detalle final de viajero: lleva efectivo para el lido y evita cargar con objetos de valor. Disfruta el murmullo del mar y el vaivén de las barcas; Fornillo se saborea mejor cuando bajas el ritmo y dejas que los niños jueguen con las piedras como si fueran tesoros, aunque cada playa tiene su personalidad.
Qué ver cerca de Spiaggia del Fornillo
El sendero costero entre Spiaggia Grande y Fornillo es de esos que regalan fotos sin peleas. Olor a sal y limón, el rumor del mar golpeando la roca, gaviotas a la altura de tus ojos. Por referencias de locales de la costa amalfitana, las torres que asoman en los extremos son sarracenas; servían para vigilar incursiones. Hoy, la Torre Trasita y la Torre del Fornillo (según los lugareños, una es privada) marcan dos buenos puntos para detenerse y respirar. Si el centro se satura, este paseo es tu plan B sin perder tiempo.
Calas y torres a un paso
- Torres con historia. Las verás desde el camino. No hace falta entrar: las mejores fotos salen con algo de distancia, con la pared de roca y el mar de fondo.
- Entradas a pequeñas calas. Entre Fornillo y la punta hacia oeste asoman calette de roca. Acceso por barca cuando el mar está dócil. Un pescador me explicó que “si sopla levante, los barqueros levantan el pie”. Pregunta en el muelle antes de ilusionarte.
- Laurito. Pequeña y con ambiente más relajado. Se llega en barca desde Spiaggia Grande; busca la lancha con el pez rojo, si mal no recuerdo era la señal. Agua clara y buenos platos de mar. Ojo con los precios: el spritz con vistas no es barato.
- Arienzo. La de los “300 escalones”. También hay taxi boat desde el muelle principal. Tarde corta en Fornillo y último baño en Arienzo funciona si llevas energía. Luz dorada preciosa a última hora.
Miradores con puesta de sol
Mi recomendación: cuando el gentío baja a la playa, sube tú. En calles altas como Via Cristoforo Colombo y curvas de Viale Pasitea la vista al anfiteatro de Positano es brutal. La primera vez que subí, el pueblo olía a albahaca y pizza recién horneada; la luz naranja pegaba en las fachadas como un filtro natural. La señora del chiringuito de Fornillo me recomendó “parar en Sponda, la parada del bus”, y tenía razón: ese balcón urbano da la postal completa.
Para un plan tranquilo:
- Aperitivo con calma: copa de vino local o granita de limón en terrazas altas. Pagas la vista, pero descansas del bullicio.
- Paseo corto por la iglesia: acercarte a Santa Maria Assunta desde Fornillo por el sendero y volver antes del pico nocturno.
- Tiendas artesanas: cerámica y sandalias hechas a mano en calles secundarias; menos empuje, mejor trato.
En playas similares he visto que estos cambios de ritmo salvan la tarde. Fornillo te deja combinar mar y altura sin irte lejos; si te organizas, la puesta de sol te encuentra arriba, con el mar de fondo y cero prisa.
Evitar multitudes en Spiaggia del Fornillo
Clave: primeras horas o última luz. Entre semana fluye mejor. Si vienes en pleno verano, asegura hamaca con antelación o llega antes de las 9:00. Cuando la marea humana aprieta en Spiaggia Grande, el sendero a Fornillo se congestiona; paciencia y paso corto. Fornillo es de cantos rodados, así que calzado con suela firme y, si eres sensible, escarpines para entrar al agua. Las paredes rocosas regalan sombra a primera hora y vuelven a dar respiro al atardecer; a mediodía pega fuerte.
En playas similares he visto que reservar tumbona en los stabilimenti (Pupetto, Da Ferdinando, Fornillo Beach) te ahorra vueltas. Te piden nombre y hora, a veces un anticipo; si lo haces la tarde anterior, mejor. ¿Prefieres la zona libre? Ve directo a los extremos y lleva esterilla, porque las piedras no perdonan. Un camarero me dijo una vez, mientras olía a espresso recién molido y a brisa salada: “si quieres silencio, vieni presto”. Tenía razón.
El sendero desde Spiaggia Grande es corto, pero en días de calor y grupos grandes se vuelve lento. No te pelees con el reloj: sal 20 minutos antes de la hora que tenías en mente. Lleva agua comprada en el pueblo (abajo todo sube de precio), algo de fruta o un panino caprese, y efectivo para imprevistos; algunos bares aceptan tarjeta, otros no. En costas del Tirreno he comprobado que la brisa de tarde puede levantar mar rizada; si sopla, los botes se reacomodan y el camino a pie manda.
- Si buscas foto sin gente, entra con la primera luz y quédate a la sombra de la pared izquierda.
- En agosto, bloquea hamaca el día anterior por WhatsApp o al salir de la playa.
- Evita cargar neveras grandes por el sendero; es estrecho y con tramos resbaladizos.
- Respeta los espacios de los pescadores locales y las zonas de boyas.
Horarios de taxi boat entre Spiaggia Grande y Fornillo
Operan seguido en horario diurno y con paradas flexibles. Pregunta en el muelle por la primera y última salida; suelen arrancar a media mañana y, si mal no recuerdo, la última ronda cae sobre 18:00–19:00 según luz. Cuando hay mar de fondo o viento, ajustan frecuencias. Un barquero me explicó: “oggi il vento cambia, andiamo piano”, y cumplió. Ten siempre plan B a pie.
Truco práctico: si alquilas tumbona en un stabilimento de Fornillo, la navetta suele estar incluida; busca los letreros con el nombre del chiringuito en el muelle de Spiaggia Grande. Si no, confirma precio antes de subirte y dónde te dejan exactamente en la orilla.
Fornillo funciona cuando buscas un día de mar con menos ruido que el centro de Positano. Si afinas horarios, llegas ligero y controlas el gasto en hamacas y comida, la experiencia mejora mucho. Camina el sendero costero, come simple y temprano, y evita las horas pico. Viaje responsable y cabeza fría: así de directo.