Mekićevica recompensa a quien camina. Dos calas de guijarros, pinos, agua limpia y cero ruidos urbanos. Aquí explico cómo llegar sin enredos, qué llevar, cuándo conviene ir y dónde comer cerca, con datos útiles y reales.
Por referencias de locales de Hvar, Mekićevica es la típica cala que se gana caminando. No es para quien busca tumbonas y música, sino para quien aprecia el silencio, el agua limpia y un entorno sencillo. En mi experiencia, las calas que exigen un tramo a pie suelen conservar lo mejor: menos gente y más mar. Aquí va lo que funciona, sin vueltas.
Acceso Playa de Mekićevica sin coche
Después de varias temporadas recorriendo la costa dálmata, he comprobado que la forma más sensata es a pie desde Hvar. Sales del centro, bajas hacia Pokonji Dol y sigues la línea de costa por un sendero claro entre pinos y rocas. Huele a resina, suenan las cigarras, y el mar se abre a tu derecha con ese azul que no engaña. No hay sombra constante, así que programa la ida temprano o al atardecer. Con calzado firme vas bien; la roca calienta y hay tramos de piedra suelta.
Ruta a pie Hvar a Mekićevica
- Centro de Hvar a Pokonji Dol: 20–25 min por asfalto y tramos peatonales.
- Pokonji Dol a Mekićevica: 15–20 min por sendero costero, terreno irregular.
- Tiempo total relajado: 35–45 min según ritmo y calor.
Un camarero en Pokonji Dol me dijo una vez: “si sigues el olor a pino y el sonido del oleaje, no te pierdes”. No hay desvíos raros; el sendero se lee fácil, pero ojo con raíces y rocas pulidas por la sal. Si mal no recuerdo, el último tramo baja hacia la cala entre matorral bajo, con vistas abiertas y alguna piedra grande a modo de escalón natural.
Dónde aparcar en Playa de Mekićevica
Hvar en julio y agosto se llena. Si vas en coche, no esperes parking junto a la cala. Lo práctico es dejarlo lejos y caminar sin prisas. Así de directo.
- Hvar ciudad: aparcamientos de pago; desde allí caminas.
- Zona Pokonji Dol: plazas limitadas en temporada; llega temprano.
- Taxi a Pokonji Dol: útil si llevas poco equipo; desde allí sigues a pie.
Por referencias de locales de Hvar, los fines de semana el entorno de Pokonji Dol colma rápido. Si vas tarde, aceptar el paseo desde el centro evita dar vueltas innecesarias.
Transporte público y taxi boat
- Bus: te deja en Hvar ciudad. No hay bus a la cala.
- Taxi boat: algunos capitanes aceptan dejarte cerca en días tranquilos, pero no es ruta fija. Aclara el punto exacto de recogida y la hora de regreso.
En días con mar plano, el taxi boat puede ser un atajo. Si sopla jugo o hay mar de fondo, los capitanes prefieren no acercarse a la costa rocosa. Mi recomendación: confirma con antelación y ten un plan B a pie.
Consejos de acceso y seguridad
- Calzado cerrado para roca viva, especialmente en el tramo final.
- Lleva agua extra en verano; no hay fuente.
- Con viento jugo o mar movido, evita acercarte a rocas resbaladizas.
- Señal móvil aceptable, pero no perfecta en la orilla.
En playas similares he visto que un bastón plegable ayuda si cargas mochila. Y aunque la cala queda en silencio, respeta las propiedades privadas cercanas; los croatas cuidan sus accesos costeros, y se agradece.
Presupuesto real para Mekićevica
- Ferries a Hvar: catamarán o ferry, precios variables según hora y compañía. Compra con antelación en verano.
- Aparcamiento en Hvar: tarifado por hora; calcula margen de más si vas a quedarte a ver el atardecer.
- Taxi a Pokonji Dol: útil para ahorrar tiempo; ida razonable si compartes.
- Taxi boat: precio por persona o por viaje; confirma ida y vuelta antes de embarcar.
- Comida y bebida: en Hvar ciudad los precios suben en julio y agosto; llevar picnic baja el gasto en la cala.
En costas de Croacia he comprobado que el gasto real sube o baja según dos decisiones: cómo llegas y qué comes. Si vas a Hvar en catamarán desde Split, cuenta con 18–30 € por tramo, según compañía (Jadrolinija/Krilo) y franja horaria. El ferry a Stari Grad sale algo más barato, pero te obliga a transporte adicional hasta Hvar ciudad. En julio y agosto los asientos vuelan; compra online y evita sorpresas.
El aparcamiento en Hvar ronda 2–4 € la hora en zonas céntricas. Si planeas atardecer, añade 1–2 horas de colchón; el reloj corre rápido cuando el sol baja sobre las islas Pakleni. Me ha pasado salir con la mochila oliendo a pino y sal, mirar el ticket y pensar: debí pagar una hora más.
Sobre el taxi a Pokonji Dol: 10–20 € por trayecto según demanda. ¿Compensa? Si compartes entre 3–4, sí, y te ahorras la parte menos interesante del asfalto. Desde allí, la caminata es corta y el bolsillo lo agradece.
El taxi boat es otro juego. Por referencias de locales de Hvar, los capitanes cobran 8–15 € por persona a calas cercanas o 40–70 € por barco si es traslado privado. Un patrón me dijo una tarde, con la brisa oliendo a resina: “Te recojo a las 17 si el viento no cambia”. Traducción: acuerda siempre punto y hora de regreso, y ten el móvil a mano. Lleva efectivo; algunos no aceptan tarjeta.
En comida y bebida, Hvar se encarece en pleno verano: café 2–3,5 €, cerveza 6–8 €, plato sencillo 15–25 €. Para bajar el presupuesto, compra en supermercados locales (Konzum, Studenac): burek 2–4 €, fruta, queso, pan, y agua grande por 1–2 €. En Mekićevica no hay servicio fijo; un picnic simple te salva la tarde y mantiene la cala en silencio. Si te tienta la cocina local, guarda presupuesto para la vuelta: una gregada o pescado a la gradele en una konoba fuera de la primera línea rinde mejor.
Pequeños extras que suman pero valen: escarpines (10–20 €) para las rocas y una botella reutilizable. En temporada baja, casi todo lo anterior baja un peldaño, aunque hay menos frecuencias de barco y menos taxi boats operando.
Trucos que funcionan
- Ir caminando reduce costes y estrés de aparcar.
- Picnic sencillo, bolsa para residuos y botella reutilizable.
- Comer fuerte en Hvar ciudad al regreso, cuando el sol baja y hay más oferta abierta.
Mejor época Mekićevica
En costas del Adriático central he comprobado que la luz y el viento mandan más que el calendario. Mekićevica, al estar a tiro de Hvar ciudad, se llena rápido en pleno verano, pero con timing fino la disfrutas en calma, con olor a pino y ese crujido de guijarros bajo los pies que te baja pulsaciones.
- Mayo y junio: agua entre 19–23 °C según semana; ocupación moderada. Días largos, brisa amable y poca presión en la cala. Es cuando la caminata se hace más agradable y todavía se escuchan más chicharras que voces.
- Julio y agosto: calor de verdad, 25–28 °C en el mar los días buenos y mucha gente. Si quieres tu rincón, madruga: entrar antes de las 10 funciona. A partir del mediodía el tramo sin sombra aprieta.
- Septiembre: mar templado (22–25 °C), menos ruido y un ritmo perfecto para ir y volver sin prisas. Los atardeceres suelen ser más limpios y la cala recupera silencio.
- Octubre: días variables; si el tiempo acompaña, regala jornadas de postal. El agua puede bajar a 19–21 °C y algún frente te puede cambiar los planes en horas.
Un día de finales de junio, si mal no recuerdo, el agua estaba como un vidrio y el camino olía a resina. Llegué temprano y hasta las 11:30 solo se oía el mar.
Condiciones del mar y viento
Un barquero de Hvar me dijo una vez: “Cuando sopla bura, ves el fondo como si lo hubieran pulido”.
- Bura limpia el aire y puede refrescar; el mar suele estar más claro y con ese azul intenso que invita al snorkel. Sopla racheada del NE: abrigo ligero a mano y ojo con las entradas si hay mar de fondo.
- Jugo trae oleaje y algo de suspensión; entra con prudencia. Con viento del S/SE el agua se vuelve lechosa cerca de la orilla y los guijarros resbalan más.
- Medusas ocasionales en veranos muy cálidos; atento al agua. En playas similares he visto que tras varios días de calma y calor extremo aparecen bancos aislados, suelen irse con el siguiente cambio de viento.
También aparece el maestral de tarde, una brisa NW térmica que refresca sin complicar el baño, ideal para estar a última hora.
Cuándo evitar la caminata
- Mediodía de ola de calor, sin sombra ni brisa. Mejor entrar temprano o esperar a después de las 17:00.
- Día de mar fuerte si no tienes experiencia en entradas rocosas. Si hay aviso de viento potente o rompiente en la orilla, busca otra cala reparada.
Por referencias de locales de Hvar, septiembre es el mes favorito: menos lanchas, menos gritos, más agua amable. Mi recomendación: ajusta tu plan al viento del día y deja que la cala te marque el ritmo; cuando Mekićevica está en calma, se entiende por qué todos bajan la voz.
Servicios en Mekićevica
Mekićevica se mantiene en calma porque no hay infraestructura. Eso explica el silencio y el agua limpia: menos motores, menos música alta, más mar y pinos. ¿Qué hay? Lo justo. En playas similares he visto que esto funciona: quien llega, llega a estar, no a consumir.
- Sin socorrista ni alquiler de tumbonas. Te sientas en los guijarros o buscas una roca plana.
- Sin baños públicos ni duchas. Gestión propia y criterio mínimo para no dejar rastro.
- Señal móvil irregular a ras de agua. Sube unos metros y suele mejorar. Descarga mapas offline.
- En temporadas pasadas operó un chiringuito rústico (rollo Robinson) a ratos. Por referencias de locales de Hvar, abre cuando le cuadra y cierra sin avisar. No lo des por hecho.
Una mañana de septiembre olía a resina húmeda y sal. Un pescador me dijo en croata mezclado con gestos: “voda i sjena” —agua y sombra—, lo básico aquí. Tenía razón; el sol cae sin filtros y la piedra devuelve calor hasta tarde. Si mal no recuerdo, ese día la bahía estaba casi vacía, solo el sonido de los guijarros al entrar al agua.
Qué llevar para disfrutar de verdad
- Agua suficiente y algo de sombra portátil o gorra. Un pareo atado entre dos ramas salva el mediodía.
- Escarpines o calzado de agua. Entrada de guijarros y roca con erizos sueltos; el pie lo agradece.
- Snorkel sencillo para bordear la cala; transparencia típica del Adriático cuando está quieto.
- Bolsa hermética para móvil y llaves; la piedra no perdona resbalones.
- Toalla ligera que se sacuda fácil de los guijarros.
- Bolsa para tu basura, sin excusas. Todo lo que traes, vuelve contigo.
Después de investigar costos y opciones en la zona, mi recomendación es llevar un picnic simple si planeas quedarte horas: pan crujiente, queso local, tomates y un toque de aceite de oliva de Hvar funcionan de maravilla. Efectivo por si el chiringuito estuviera abierto y aceptara solo billetes.
Mekićevica con familia o solo
- No apto para cochecitos. Tramo de piedras y raíces; niños solo si ya caminan bien y toleran roca.
- Para ir solo, el sendero es transitado de día y se siente seguro. Evita regresar de noche sin linterna y batería en el móvil.
Cuando sopla brisa ligera, el murmullo de los pinos tapa conversaciones y la cala se queda en susurros. Ese es el encanto. Menos servicios, más mar. Y si necesitas mesa y menú, en el próximo tramo te cuento dónde comer cerca sin fallar.
Dónde comer cerca de Mekićevica
Después de pasar el día entre guijarros y agua clara, llega el dilema: ¿comer cerca o caminar hasta Hvar? Por referencias de locales de Hvar, lo práctico es dividirlo así: mediodía sencillo en la costa, y cena con calma en la ciudad. El olor a pino se mezcla con parrilla cuando sopla la brisa de la tarde, y te abre el apetito sin pedir permiso.
- Pokonji Dol: a un paseo desde Mekićevica, tiene un par de restaurantes a pie de playa donde salen platos directos: pescado del día a la parrilla, ensaladas de tomate y pepino, calamares, patatas con aceite de oliva. Nada rebuscado y justo lo que apetece con sal en la piel. Suelen cobrar el pescado por peso; pregunta antes y no te llevarás sorpresas. Cuando el lugar se llena tras el baño de la tarde, el servicio va al ritmo del mar: más lento, pero llega.
- Hvar ciudad: si te apetece algo más trabajado, las konobas del casco viejo sacan clásicos dálmatas como buzara de mejillones, crni rižot (arroz negro) y la gregada de Hvar. También hay cocina creativa que juega con productos locales. En julio y agosto los precios suben y las mesas vuelan; vale la pena reservar si buscas cenar después del atardecer y evitar colas eternas en el puerto.
Una tarde, la señora de un chiringuito en Pokonji Dol me dijo: “si quieres algo rápido, sardinas y ensalada; si quieres charla, pide dorada”. Tenía razón. Con el maestral del atardecer, la parrilla manda. En Hvar, un camarero me recomendó probar vinos de la zona: Bogdanuša para blancos ligeros y Plavac Mali si te va un tinto con carácter. Funcionan sin forzar el bolsillo si vas por copa.
Si eliges picnic, piensa en lo básico y en el calor. En playas similares he visto que funciona llevar pan crujiente, queso local, aceitunas, frutas firmes y algo proteico que no sufra al sol. Un bloque frío dentro de la mochila, sombra puntual de pino y se mantiene. Y no dejes restos; las gaviotas se vuelven audaces si huelen oportunidad.
Tarjetas: en el centro de Hvar casi siempre aceptan, fuera no siempre. Hay cajeros en la ciudad. Ojo con los “cover charge” o cubiertos en restaurantes; en la costa dálmata es habitual, no es trampa, pero suma.
Consejos para no fallar
- En verano, reserva para cenar tras el atardecer; la demanda sube y los mejores patios se llenan.
- Si eliges picnic, piensa en sombra y en mantenerlo fresco; un bloque frío y bolsas herméticas salvan la jornada.
- Efectivo por si algún local no acepta tarjeta fuera del centro; saca en Hvar antes de bajar a las calas.
Actividades en Mekićevica
- Snorkel: agua clara junto a rocas, mejor con mar en calma.
- Caminata costera: enlaza calas pequeñas entre Pokonji Dol y Mekićevica.
- Siesta bajo pinos: sombra puntual a media tarde.
En costas del Adriático he visto que la visibilidad mejora temprano y cae cuando entra viento jugo (sur) o cuando hay mucho tráfico de barcas. Aquí se nota. Si vas a hacer snorkel, entra por el lado izquierdo de la cala, pegado a las rocas: hay grietas con pequeños pulpos y erizos, así que lleva escarpines y calma. Un barquero del puerto me dijo que usar una boya de señalización cerca de la superficie evita sustos con zodiacs curiosas. Con mar plato, es una pecera; con viento cruzado, se enturbia y no rinde.
La caminata costera entre Pokonji Dol y Mekićevica son 10–15 minutos reales, enlazando lajas de piedra y sendero bajo pinos. Señalización mínima, pero el trazo se intuye. No subestimes los guijarros: con chanclas finas, el pie se cansa; mejor sandalia firme. En el camino aparecen dos recovecos donde apenas caben tres toallas; si los ves libres, anótalos para una escapada corta después del baño principal.
La siesta bajo pinos funciona a mitad de tarde, cuando el sol baja y la sombra por fin toca la orilla. Hay hormigas y resina, nada dramático, pero un pareo grueso lo arregla. Ese momento de cigarras, sal en la piel y brisa leve es fjaka dalmata pura.
Qué ver en Hvar cerca de Mekićevica
- Fortaleza Španjola: vistas amplias para cerrar el día.
- Paseo al atardecer por el puerto de Hvar.
- Excursión en kayak hacia Pakleni si el mar está amable.
Por referencias de locales de Hvar, la Španjola luce mejor con la luz dorada, cuando la piedra caliza se vuelve miel y la ciudad baja el ritmo. El paseo por el puerto después del baño es simple y efectivo: olor a sal, amarras crujiendo y un murmullo que baja pasadas las 21:00. Si eliges kayak a Pakleni, solo con mar calmado y viento flojo; evita la franja central de tráfico y cruza con chaleco. Mi recomendación: seco en bolsa estanca, gorra y vuelta antes de que caiga el sol.
Honestidad total: a mediodía hay más ruido de motores, las rocas resbalan si están húmedas y, en verano, puede aparecer alguna medusa aislada. Nada grave si vas atento. Todo lo que traes, te lo llevas. Punto.
Atardecer sin prisas
Esperar la última luz en la cala y regresar con temperatura más amable cambia la experiencia. Lleva frontal o luz del móvil con batería si vuelves caminando. En mi experiencia, compensa cada minuto.
Cuando el sol cae detrás de las Pakleni, la superficie se plancha y el cielo pasa a naranja tenue. Ese regreso por el sendero, con pinos oliendo a calor que se enfría, vale la jornada. Ojo con el terreno irregular en penumbra: paso corto y sin apuro, así de simple.
Si buscas mar claro, espacio para desconectar y cero altavoces, Mekićevica cumple. Llegar a pie filtra multitudes y mantiene el ambiente tranquilo. Lleva lo básico, respeta el lugar y controla el viento. Con eso, la cala rinde de sobra, así de directo.

