Playa Ensenada Grande no se alcanza por carretera. Es isla, aguas claras y cero servicios. Aquí te dejo cómo llegar sin líos, cuánto cuesta de verdad, la mejor época con vientos en mente y las normas que evitan multas.
Por referencias de locales de La Paz, esta bahía gana por color y calma, pero no es improvisada: depende del clima, del capitán y de permisos del área protegida. Comparto lo que piden los operadores, los costos reales y lo que de verdad necesitas para que el día en Ensenada Grande sea disfrutable y sin sorpresas.
Tour a Isla Espíritu Santo desde La Paz
No hay carretera hasta Ensenada Grande. Es una playa de isla, así que llegas en panga o lancha desde La Paz, Pichilingue o Playa El Tecolote. La ruta clásica es reservar un tour de medio día o día completo que ya incluye equipo de snorkel, sombra y box lunch. El motor vibra, huele a sal y, según el punto de salida y el estado del mar, la navegación toma entre 45 y 90 minutos. En costas de Baja California Sur, he comprobado que lo que manda es el viento, por eso los operadores serios confirman la tarde previa.
- Desde el malecón de La Paz: trabajan operadores con permisos, con check-in en muelles y marinas. Suele ser la opción más estable y organizada.
- Desde Pichilingue o El Tecolote: el recorrido es el mismo, a veces más corto y con parking sencillo para quien llega por su cuenta.
- Consejo: pide confirmación meteorológica la tarde anterior; con viento norte muchos capitanes cancelan por seguridad. Así de directo.
Un capitán en Pichilingue me dijo: “si el norte se levanta, no forzamos la salida; la isla seguirá ahí mañana”.
Dónde aparcar en Playa Ensenada Grande
En la isla no hay estacionamiento (ni debería haber). Aparcas en el punto de salida y listo. Si llegas con tiempo, todo fluye mejor; si te confías, el embarque se vuelve atropellado.
- Marinas del malecón: estacionamientos de pago o parquímetros cerca. Llega 20–30 minutos antes para el registro y equiparte con calma.
- Pichilingue: zonas designadas junto al muelle. Suele haber espacio, pero en fines de semana se llena.
- Playa El Tecolote: aparcamiento amplio sobre arena, gratuito y sin vigilancia formal. No dejes objetos a la vista y ubica tu coche lejos de la línea de marea.
Acceso Playa Ensenada Grande sin coche
Funciona si te organizas y coordinas con el operador. Un día descubrí que el traslado resuelve más de lo que cuesta cuando hay viento y horarios apretados.
- Traslado del operador: varios recogen en tu hotel por un costo extra. Pregunta horarios y punto exacto.
- Taxi o app hasta el muelle de salida: cómodo si viajas ligero; acuerda el regreso o pide contacto del chofer.
- Transporte público a Pichilingue/Tecolote: tiene horarios reducidos y varía por temporada; confirma la víspera con tu operador para no perder la embarcación.
Documentos: algunos tours solicitan identificación para el registro de la CONANP. Lleva efectivo para propinas y posibles tasas locales. Un detalle más: respeta los tiempos del capitán; el reloj en la isla corre distinto, pero los permisos no.
Mejor época Playa Ensenada Grande
Octubre a mayo suele dar el mejor equilibrio: temperaturas manejables en la isla, sol fuerte pero soportable y visibilidad decente para snorkelear. En costas del Golfo de California, he comprobado que el invierno trae agua más fresca y a veces más nutrida (placton), así que la claridad puede variar por días. A cambio, los colores a mediodía siguen siendo un espectáculo.
Verano sube la temperatura del mar, ideal si te congelas fácil, pero el calor en cubierta puede ser pesado y aparecen medusas en ciertos días. Añade que de agosto a octubre es temporada de ciclones en la región: no pasa cada semana, pero cuando toca, se cierran puertos y todo se reprograma. Mi recomendación: si vienes en esas fechas, deja un día de colchón en el itinerario por si el viento cambia el plan.
Un capitán de La Paz me dijo una vez, mientras olía a salitre y el viento silbaba en el canal: “Aquí manda el norte; si sopla de frente, ni los delfines salen”. Esa frase me quedó grabada porque resume la isla: un paraíso precioso, pero regido por el clima.
Condiciones Playa Ensenada Grande
- Viento norte (nov–feb): puede cerrar salidas. Si ves rachas fuertes en el pronóstico, deja margen. Suele apretar a media mañana y primeras horas de la tarde, por eso los operadores intentan salir temprano. Si el parte marca 18–25 nudos sostenidos, lo más sensato es mover fecha; forzar la jornada solo garantiza una navegación dura y poca agua calma para disfrutar.
- Mar de fondo: raro en esta bahía por su protección, pero el canal entre La Paz y Espíritu Santo puede moverse. El capitán decide. En días con oleaje largo, la ensenada sigue siendo una alberca turquesa, aunque el cruce puede resultar salpicado y más lento. Lleva impermeable ligero y protege electrónicos en seco.
- Los Islotes: el nado con lobos marinos tiene cierres temporales en temporada de reproducción (habitualmente entre junio y agosto). Confirma fechas con tu operador. Aun cuando esté abierto, hay límites de tiempo y distancia con las crías; respétalos. Si toca cierre, el plan alterno suele ser otras calas para snorkel con cardúmenes y corales duros, igual de fotogénicos.
Pequeños detalles que ayudan: crema solar reef-safe, sombrero que no vuele y paciencia. La isla premia a quien se adapta al viento.
Presupuesto real para Playa Ensenada Grande
En costas de Baja California Sur, he comprobado que los precios se mueven con la temporada, el tamaño del grupo y lo que incluye cada lancha. No te quedes con el primer número: pregunta todo y anota. El día huele a sal, a gasolina del muelle y a hielo recién cargado; ahí es donde aparece el “extra” que no viste en el folleto.
- Tour regular día completo: 1,200–2,500 MXN por persona según temporada, tamaño de grupo e inclusiones (comida, hielo, equipo).
- Charter privado: 6,000–12,000 MXN por embarcación, variables por horas y ruta.
- Tasa/bracelete de área protegida: a veces incluida; si no, 90–150 MXN aprox.
- Transporte hotel–muelle: 150–400 MXN por tramo, según distancia.
- Extras: propina 10–15%, fotos, alquiler de traje de neopreno si el agua está fresca.
Para aterrizarlo, dos escenarios rápidos. Pareja en tour regular con inclusión media: 1,700 MXN c/u = 3,400 MXN. Si el bracelete no viene, suma 200–300 MXN. Traslados ida y vuelta 300–800 MXN según dónde te hospedes. Propina 10%: 340 MXN. Rango total: 4,200–5,300 MXN aprox. Grupo de 6 en charter a 9,000 MXN, dividido sale 1,500 MXN por persona; agrega tasas, traslados y propina y quedas en 1,900–2,300 MXN por cabeza con buen margen y libertad de ruta.
Un capitán me dijo en el muelle de La Paz: “si no preguntan, luego se sorprenden”. Checa si el precio incluye toldo, snorkel, hielera con hielo, aguas y comida. Hay operadores que bajan la tarifa base y luego cobran por cada detalle. En playas similares he visto que el alquiler de traje de neopreno ronda 150–300 MXN; útil cuando sopla y el agua se siente más fresca.
Pagos: varios piden anticipo del 20–50%. Con tarjeta a veces suman 3–5% de comisión; en efectivo suele salir mejor. Lee la política de cambios: cuando el viento obliga a reprogramar, los serios ofrecen nueva fecha o reembolso parcial. Evita los “hoy o nunca”.
Tres formas de ajustar el gasto sin sacrificar experiencia:
- Compartir charter con otro grupo y dividir el costo.
- Ir entre semana, cuando hay más margen para negociar.
- Confirmar la ruta: si no incluirás Los Islotes, pide que se refleje en el precio.
Tip: lo barato sin permiso sale caro. Pide razón social y número de permiso del operador. Si dudan o dan vueltas, busca otro. Aquí se navega con reglas y eso te protege, punto.
Servicios en Playa Ensenada Grande
Ensenada Grande es preciosa y ruda a la vez: no hay baños, tiendas ni salvavidas. Aquí dependes de lo que lleve tu operador y de lo que cargues en la mochila. La sombra natural es mínima; a ratos aparece pegada a las paredes rocosas, pero se mueve con el sol y la marea. Si el viento del norte entra, esa brisa que refresca también te recuerda por qué necesitas un toldo bien anclado.
En costas de Baja California Sur, he comprobado que el viento levanta arena y puede volar sombrillas mal sujetas. Un capitán de panga en La Paz me dijo una vez, mientras aseguraba el toldo con cabos:
“Aquí todo lo que traes, te lo llevas… y lo que no amarres, se lo lleva el viento.”
Con eso en mente, lo básico no se negocia. Lleva esto y te evitas contratiempos:
- Agua: mínimo 2 litros por persona.
- Protección solar: sombrero, manga larga ligera y bloqueador biodegradable.
- Calzado: sandalia de agua o zapato anfibio para rocas.
- Bolsa seca para electrónica.
Sumo un par de detalles que marcan la diferencia: toalla de secado rápido, un rompevientos fino (en navegación se agradece) y snacks salados para compensar el calor. La señal de celular es inestable; descarga mapas offline y pon tu equipo en modo avión para ahorrar batería. Pregunta a tu operador qué incluye exactamente: hielera y hielo, toldo/sombra, chalecos, y si llevan botiquín. Si te mareas en lancha, toma el antiemético antes de embarcar; en este canal el balanceo es traicionero cuando sopla.
Normas y permisos en Playa Ensenada Grande
Estamos dentro de un Área Natural Protegida. Los guardaparques pasan en lancha revisando pulseras y comportamiento; el enfoque es impacto mínimo. Por referencias de locales de La Paz, los controles son serios cuando hay norte y mucha gente apretada en la bahía, así que juega limpio.
- Área protegida: no extraer fauna/flora, no alimentar animales, no drones sin permiso, no fogatas.
- Residuos: todo vuelve contigo.
- Zonas de anidación: respeta cercos y señalética.
Si ves boyas de fondeo, tu embarcación debe usarlas en lugar de anclar sobre pastos marinos. Camina por la arena húmeda para dejar menos huella y evita acercarte a los nidos marcados; las aves se estresan rápido. Pequeños gestos sostienen este lugar tal cual lo soñamos: agua turquesa, silencio interrumpido por gaviotas y el sonido suave del oleaje… perfecto para la sesión de snorkel que viene.
snorkel en Playa Ensenada Grande
El agua aquí suele mostrarse en tonos turquesa casi eléctricos. Cuando el sol pega alto, las rocas laterales revelan cardúmenes de sergeant, damiselas, peces loro y algunos globos curiosos. Los mejores tramos, una y otra vez, están pegados a los bordes de la bahía y en esas lenguas de roca que se adentran apenas unos metros: allí se concentra la vida, hay grietas con gobios y, si afinas la vista, morenas asomando entre esponjas.
En costas del Golfo de California he comprobado que la visibilidad depende del viento y la marea. Por referencias de capitanes de La Paz, la ventana más clara suele ser temprano, antes de que el coromuel se levante y rize la superficie. En invierno, cuando entra el norte, el agua se enfría y puede ponerse lechosa por el oleaje; nada imposible, pero cambia la experiencia. Si al llegar ves el mar con “pelitos” de viento y pequeñas olas rompiendo en la orilla, muévete a la pared más resguardada de la bahía y mantente pegado a la costa: ahí el sedimento se agita menos.
Una mañana, entre el olor salado y ese chillido intermitente de gaviotas, un guía me comentó: “si ves una sombra compacta moviéndose como una nube, probablemente son jureles; no te atravieses, déjalos pasar”. En el fondo arenoso aparecen rayas enterradas dejando solo los ojos, y con suerte una tortuga asoma para respirar y sigue su ruta. Mantén distancia, observa y respeta: es área protegida y se nota en la tranquilidad de los peces, que no huyen si no invades su espacio.
- Equipo: máscara que selle bien (pruébala sin correa, inhalando suavemente); tubo con válvula simple; aletas cortas si no estás acostumbrado, dan buen empuje sin cansarte.
- Traje: en invierno un shorty o rash térmico ayuda a alargar la sesión; el resto del año basta con una lycra ligera.
Seguridad en el agua
- Entra y sal por zonas sin oleaje ni piedras sueltas; mira el fondo antes de apoyar los pies.
- No pises coral ni esponjas; evita tocar erizos y mantén las manos lejos de grietas.
- Sigue las indicaciones del guía y usa chaleco si te lo piden; si hay corriente, avanza paralelo a la orilla, no “contra todo”.
Cuando el viento cambie el plan, no forces la sesión. Guarda energía: más tarde, con el sol bajando, el mar a veces se plancha… y si no, hay senderos cortos con vistas que compensan, pero eso es tema del siguiente tramo.
Senderos cortos con vistas
Hay huellas marcadas tierra adentro con vistas a la bahía. Son tramos breves y pedregosos; ve con calzado cerrado y prudencia. Evita salirte de las sendas para no erosionar.
Por referencias de locales de la bahía de La Paz, estos ranchitos de piedra suben a lomos bajitos con panorámicas limpias: acantilados rosados, el turquesa encendido y, si el viento corre, olor a sal mezclado con cardón caliente. No son caminatas largas; es más bien una escapada de 10 a 20 minutos para respirar la isla desde arriba, escuchar fragatas cortando el aire y detectar bancos de peces como manchas oscuras bajo el espejo azul. Un panguero me dijo una vez: “Si sopla demasiado, mejor lo dejamos para otro día; la isla no se mueve, tú sí”. Funciona.
- Horario: mejor temprano o cuando el sol baja.
- Hidratación: lleva agua; no hay suministro en la isla.
Miradores recomendados
- Lomo central: la vereda más visible sale detrás de la franja de arena y gana altura rápido. Terreno con grava suelta, 10–15 minutos de subida. Vista amplia a toda Ensenada Grande y contraste de rocas rojizas con el agua.
- Terraza sur: siguiendo una huella lateral, se llega a una repisa natural con sombra mínima de matorral. Buen lugar para fotos sin gente, pero ojo con la orilla: no te acerques al filo.
- Cola norte: sendero más rústico, piedras grandes y escalones naturales. Recompensa con perspectiva al canal entre islas y aves planeando. Si vas con niños, evalúa en el primer tramo; si resbalan, regresa.
En costas del Golfo de California he comprobado que la roca calienta fuerte y el reflejo agota. Un sombrero con amarre y una camiseta ligera de manga larga marcan la diferencia. Si el Coromuel entra por la tarde, la brisa refresca, pero también levanta polvo fino; un rompevientos ultraligero no estorba.
Reglas del ANP: no dejes basura (todo regresa contigo), nada de fogatas ni fumar, no extraigas conchas o piedras, y los drones requieren permiso. Algunas rutas solo se hacen con guía autorizado; pregunta a tu operador si incluyen caminata y cuánto tiempo asignan, porque cuando el viento cambia, priorizan la navegación. En playas similares he visto que un bastón plegable ayuda en bajadas, y que apilar piedras para “marcar” no solo es inútil: desarma el lugar. ¿Para qué arriesgar tobillos y paisaje?
Playa Ensenada Grande con familia
Apta para peques si el mar está manso y el operador arma sombra. La orilla es amable, de agua turquesa y fondo claro, pero no hay salvavidas ni servicios. Lleva snacks seguros, gorra y camisetas UV. En costas de Baja California Sur he comprobado que el viento norte manda los tiempos: por la mañana suele estar más calmado y por la tarde sopla más. Si viajas con niños, busca salidas tempranas y pregunta si incluyen toldo o sombrillas.
Recuerdo una mañana cuando el agua parecía una piscina y el único ruido era el chasquido de las olas en la arena blanca. Un capitán me explicó que “si el viento se levanta, acortamos la parada; mejor regresar con buen margen”. Esa vez el norte se metió y pasamos de una hora y media a unos 50 minutos en playa, sin drama, pero todo el mundo agradeció haber tomado fruta y protector antes de bajar. Así de directo: plan flexible y todo a mano en una mochila seca.
- Tiempo en playa: 1–3 horas según el tour.
- Chalecos: obligatorios para menores en la embarcación.
Detalle práctico: la arena puede arder al mediodía, así que sandalias o escarpines ayudan. Si hay leve oleaje, mantén a los peques en la zona más clara y tranquila, y evita dejarlos solos porque hay cambios de profundidad suaves pero reales. No alimentes aves ni peces; las fragatas rondan y se vuelven insistentes si encuentran comida fácil. Y todo lo que lleves, regresa contigo: área protegida, basura cero.
Viajando solo
Reserva con operadores que integren grupos pequeños; mejor experiencia y más control del tiempo en agua. Un lanchero de Pichilingue me dijo que “cuando vamos 6–8, el silencio manda y se disfruta el color de otra forma”. Para fotos y snorkel sin prisas, pide el primer horario; si el mar está plano, el espejo de la ensenada es otra historia. Si te ofrecen combinar la parada con snorkel en puntos cercanos, confirma permisos y condiciones; los buenos operadores son claros con lo que sí se puede hacer ese día.
Mi recomendación: equipo simple y ligero. Gafas bien ajustadas, camiseta UV, bolsa estanca para documentos, y respeto total por el fondo: no pises corales ni toques estrellas. Si hay medusas en temporada cálida, el guía lo dirá; una camiseta de manga larga hace la diferencia. Y si el viento se pone terco, no pelees con el mar: cambiar la ruta es parte del juego y, con suerte, te guardas el hambre para rematar en tierra firme sin apuro.
dónde comer cerca de Playa Ensenada Grande
En la isla no hay venta de comida. Al volver, buenas opciones en:
- Playa El Tecolote: palapas con mariscos sencillos y vista abierta.
- Pichilingue: restaurantes frente al mar para cerrar el día sin prisa.
- Malecón de La Paz: desde cocina local hasta propuestas más cuidadas. Ideal si quieres caminar después.
Bebidas: hidrátate primero; el sol pega más de lo que parece.
En costas de Baja California Sur he visto que, tras un día de sol y salitre, el cuerpo pide algo fresco y directo. En El Tecolote el ambiente es rústico: mesas de plástico, brisa que levanta la arena, gaviotas rondando. Huele a plancha caliente y a limón recién exprimido. Suele funcionar pedir lo simple: tacos de pescado bien dorados, ceviche de sierra o atún, tostadas de marlín ahumado. Si ofrecen almejas chocolatas, confirma que no haya veda y que sean de talla legal; cuando toca, valen cada bocado. Nota realista: fines de semana sube el volumen y el servicio se alenta con las mesas llenas.
En Pichilingue el ritmo baja. Por referencias de locales de La Paz, es el punto para estirar las piernas, ver cómo cae el sol y pedir un filete de pescado a la plancha, pulpo al ajillo o un taco gobernador con queso que chorrea. Se escuchan cubiertos, hielo chocando en los vasos, el suave golpeteo del oleaje. Entre semana, algunas cocinas cierran temprano; si mal no recuerdo, a veces bajan la cortina alrededor de las 19:00–20:00, así que conviene llegar directo desde la lancha.
Si te queda energía, el Malecón de La Paz remata bien el día: paseo largo, luces cálidas, olor a sal y a fritura ligera. Hay desde fonditas con tacos de pescado estilo La Paz hasta cocinas más cuidadas con pesca del día. Me gusta pedir limonada mineral primero, luego sí una cerveza bien fría o un clamato. A veces hay fila al atardecer; paciencia, la caminata ayuda a soltar el vaivén del mar.
- Efectivo: en palapas falla la terminal. Lleva billetes chicos.
- Respeto a vedas: pregunta por temporada de almeja y callo. Si no hay, no insistas.
- Vidrio: evita botellas en la arena; el viento las tumba y es peligroso.
- Conducción: si vas en coche, que alguien se quede con agua. Sencillo y responsable.
Pequeño rango de precios por esta zona, para que calcules: platos de mar entre 180–350 MXN y cocteles desde 120 MXN; en el Malecón, algo más alto. Mi recomendación: come ligero, hidrátate con electrolitos, y deja el brindis para cuando el cuerpo ya se estabilizó del sol y el viento.
Ensenada Grande recompensa a quien va preparado: reservar con operador formal, mirar viento y oleaje un día antes, llevar sombra y agua, y respetar las reglas del parque. No hay atajos ni “hacks”, solo logística sensata y buen criterio. Si haces eso, el color del agua hace el resto; así de directo.