Palomino funciona distinto: el río y el Caribe marcan el ritmo. Te cuento cómo llegar sin enredos, cuándo conviene ir, cuánto gastar de verdad y qué hacer más allá de tender la toalla. Todo claro y práctico, sin vueltas.
Por referencias de locales de la Sierra Nevada y varios recorridos por el Caribe colombiano, he comprobado que Palomino no es solo playa: el río manda, el viento cambia la jugada y los traslados se simplifican si conoces la ruta. Aquí voy con lo que sirve para llegar, elegir temporada y no pagar de más. Datos reales, tal cual los uso cuando viajo.
Acceso a Palomino sin coche
En la Guajira todo gira alrededor de la Troncal del Caribe (90), la cinta de asfalto que une Santa Marta, Palomino y Riohacha. Desde Santa Marta sales del Mercado o la Terminal en buses y microbuses que van a Riohacha/Maicao; dile al ayudante “parada en Palomino” y te bajan en la entrada sobre la vía. Son 2–2,5 horas, aire cargado a fruta y fritura al inicio, y brisa caliente al final. Desde Riohacha es más corto: 1,5–2 horas en los mismos buses rumbo a Santa Marta. Si llegas desde Barranquilla o Cartagena, combina con Santa Marta y ahí haces el último salto.
- Ruta principal: Troncal del Caribe (90) conectando Santa Marta, Palomino y Riohacha.
- Desde Santa Marta: buses/microbuses desde Mercado o Terminal hacia Riohacha/Maicao; pide parada en Palomino. 2–2,5 h.
- Desde Riohacha: buses hacia Santa Marta, parada en Palomino. 1,5–2 h.
- Desde Barranquilla o Cartagena: combinar con Santa Marta.
Cuando te dejan en el paradero, caminas 15–20 min hasta el pueblo/playa o tomas mototaxi. Un chofer me dijo: “paga antes y pregunta la tarifa”, y tenía razón: suele estar entre 5.000 y 10.000 COP según distancia y hora.
Transporte público a Palomino desde Santa Marta y Riohacha
La frecuencia diurna se mueve cada 20–40 minutos. Viajar temprano reduce esperas y calor; al atardecer la oferta cae. Paga en efectivo y lleva billetes pequeños; desde Santa Marta cobran 20.000–30.000 COP según tipo de bus, y desde Riohacha 15.000–22.000 COP. En costas del Caribe colombiano, he comprobado que negociar no ayuda aquí: el precio es bastante fijo, lo que sí evita sorpresas es confirmar destino y costo antes de subir.
Dónde aparcar en Palomino
Las calles de arena que bajan hacia la playa tienen espacios informales. Seguridad variable. Por referencias de locales de la zona, lo más sensato es:
- Usar parqueaderos de hospedajes y negociar tarifa si no eres huésped (10.000–20.000 COP).
- No dejar objetos a la vista y pagar a un vecino para “echarle ojo”.
- Si ha llovido, la arena se forma en huellas profundas; evita meterte con autos bajos.
Llegadas en avión y traslados
Aeropuertos útiles: Santa Marta (SMR) el más práctico; también Riohacha (RCH), Barranquilla (BAQ) y Cartagena (CTG). Un traslado privado SMR–Palomino toma 2–2,5 h y ronda 300.000–450.000 COP según temporada y vehículo. Bus + taxi es más barato: taxi al Mercado (o Terminal) y luego bus, total 25.000–40.000 COP por persona y un poco más de tiempo.
Conducción y estado de la Troncal del Caribe
El asfalto va bien en general, pero ojo con lluvia, neblina ligera en madrugadas y motocicletas que aparecen sin aviso. Muchos policías acostados, animales sueltos y retenes. Un conductor guajiro me dijo: “si no conoces, no manejes de noche”, y sus palabras pesan. Aquí funciona ir con calma, luces en buen estado y paciencia con los camiones. Punto.
Mejor época Palomino
- Temporada seca (diciembre–abril): más viento, mar movido y cielos limpios. El sol pega fuerte y el polvo de las calles de arena se levanta fácil. En costas del Caribe colombiano, he comprobado que estos meses traen alisios constantes que endurecen el oleaje y enfrían un poco el agua.
- Transiciones (junio y agosto): buen equilibrio entre sol, menos viento y días con agua más tranquila. Cuando encadenan 2–3 jornadas sin brisa, el mar gana transparencia y la orilla se vuelve más amable.
- Lluvias (abril–mayo y septiembre–noviembre): el río baja con más fuerza, el aire se limpia del polvo y las tardes huelen a selva mojada. Hay chaparrones cortos y la playa se vacía, lo que para muchos es un punto a favor.
Clima en Palomino por meses
- Calor todo el año: 26–32 °C, humedad alta y noches cálidas. El sol se siente más duro entre febrero y mayo.
- Probabilidad de lluvia: picos en abril–mayo y septiembre–noviembre; junio, julio y agosto suelen dar tregua.
- Visibilidad del agua: mejor tras periodos sin viento ni aguaceros; se enturbia cuando el río descarga sedimentos o sopla de frente varios días.
- Mosquitos: aumentan al atardecer en época húmeda. Repelente funciona, punto.
Vientos, mar de fondo y corrientes
Enero a marzo llegan alisios fuertes que levantan oleaje corto y cruzado. Nadar se vuelve exigente, y las corrientes de retorno aparecen en sectores abiertos y cerca de la desembocadura. Un pescador me explicó que cuando “la Sierra respira” y baja el viento, el mar se plancha 48–72 horas: ahí aprovecha. Entre septiembre y octubre puede entrar mar de fondo más largo por sistemas lejanos; la orilla rompe con más fuerza, así que mide bien dónde te metes.
Si haces tubing por el río, sal del inflable antes de la rompiente y camina los últimos metros. El encuentro río–mar puede parecer manso y en segundos cambiar. Mejor en las primeras horas de la mañana, con menos calor y menos brisa.
Sargazo y visibilidad del agua
La arribazón de sargazo es ocasional y suele ser menor que en otras zonas del Caribe; algunos años se nota más entre abril y agosto, pero suele durar poco. Cuando el mar está revuelto o con algas, el plan ganador es el río Palomino: agua dulce, selva al costado y ese contraste que salva el día. La señora de un puesto de arepas me dijo una vez: “si el mar ruge, vete al río… regresas cuando calme”, y no falla.
Negativo honesto: en seca hay polvo y viento; en lluvias, chaparrón sorpresa y mar café por sedimento. Mi recomendación: madrugar, observar el viento del día y decidir si toca playa o río. Así se disfruta sin gastar de más ni pelear con el clima.
Presupuesto real para Palomino
En costas de La Guajira he comprobado que el gasto se dispara si no planificas. Para un viajero moderado, el rango diario razonable en Palomino (alojamiento, comida, traslados y alguna actividad) suele quedar entre 180.000 y 300.000 COP. Si tiras de dormitorio y menús del día, te acercas al piso; si eliges habitación privada cerca de la playa y cenas frente al mar, subes sin darte cuenta. Los precios suben fuerte en fines de semana largos, diciembre–enero y Semana Santa; algunos hospedajes duplican tarifas y las motos cobran suplemento nocturno. Punto.
Transporte y traslados
- Bus público vs transfer privado: el bus por la Troncal del Caribe desde Santa Marta o Riohacha ronda 20.000–30.000 COP y tarda 2–3 h según tráfico y paradas. El transfer puerta a puerta cuesta 250.000–400.000 COP por vehículo; ahorra tiempo si vas en grupo o llevas mucho equipaje. ¿Vale la pena? En pareja o solo, el bus gana en costo/beneficio; en grupos de 3–4, el transfer empieza a cuadrar.
- Moto-taxis en el pueblo: por referencias de locales, el tramo pueblo–playa suele estar en 5.000–10.000 COP de día y algo más de noche. Acordá el precio antes, lleva billetes pequeños y, si mal no recuerdo, los conductores con chaleco y número son los más confiables. Casco casi nunca hay; usa criterio y evita trayectos largos de noche.
Alojamiento en Palomino por zonas
- Cerca de la playa: más caro. Algunos bares prenden música y tambores los fines de semana; el sonido viaja con el viento. Lo bueno: amaneces con olor a coco y mar a pasos.
- Zona intermedia: entre la Troncal y la arena, suelen estar las mejores relaciones precio/descanso. Menos ruido y aún puedes ir caminando a todo.
- Centro/pueblo: lo más económico y con tiendas, panaderías y farmacias cerca. El polvo de la vía y el paso de buses se sienten, pero el bolsillo lo agradece.
Comer barato vs frente de playa
La señora de un comedero me dijo: “el secreto es llegar temprano”. Los menús del día en el pueblo están entre 18.000–30.000 COP (sopa + seco con pescado o pollo, arroz de coco y patacón). En la playa, el mismo pescado frito puede irse a 45.000–80.000 COP. Mi recomendación: desayuno contundente (arepa con huevo, fruta y café) y una botella reutilizable; muchas posadas tienen agua para rellenar. Menos gasto, menos plástico.
Cajeros, pagos y efectivo
Después de investigar Palomino, los reportes coinciden: hay pocos cajeros y a veces se quedan sin efectivo en temporada. Lleva cash suficiente para motos, tubing y pequeñas compras. Varias cafeterías y hoteles aceptan tarjeta, pero no todos, y el datafono falla cuando la señal cae. Un pescador me explicó que “cuando sopla y la red no da, todos bajan al río”; con el dinero pasa parecido: si no planificas, te toca improvisar. Lleva un respaldo y evita comisiones innecesarias.
Palomino con familia o solo
- Si viajas con niños, elige hospedajes tranquilos lejos de la música nocturna.
- Plan familiar que funciona: mañana de playa, tarde de río, paseos cortos y sombra.
En costas del Caribe colombiano, he comprobado que la clave es organizarse por horarios. Palomino amanece con el mar más calmado, brisa suave y el olor a leña de los desayunos. La primera vez que lo noté, fue escuchando a un guía de tubing que me dijo: “aprovecha temprano, al mediodía el viento revuelve todo”. Tiene razón. Con peques, arma base bajo sombra, sombrero, agua fría y pausas. Si viajas solo, busca tu ritmo, pero el esquema de playa temprano y río por la tarde sigue siendo ganador.
Seguridad en la playa de Palomino
Un pescador me explicó que los tramos más solitarios al atardecer invitan al despiste. No es alarmismo, es prudencia básica.
- Muévete de día por zonas concurridas y evita caminar tramos solitarios cuando cae el sol.
- Cuida tus pertenencias: nada de dejar el móvil a la vista mientras te metes al agua.
- Para el río y el tubing, usa bolsos impermeables o una dry bag; el chapuzón sorpresa llega cuando menos lo esperas.
- Si vas con niños, acuerda un punto de encuentro visible (una palmera, un kiosco) por si alguien se separa.
La señora del puesto de jugos, entre corozo y maracuyá, repite siempre lo mismo: “menor distracción, menos problemas”. Funciona.
Condiciones del mar y corrientes en Palomino
Aquí el mar no es una piscina. Hay oleaje, rompientes cambiantes y corrientes de retorno, sobre todo cerca de la desembocadura del río. Al subir el viento alisio, el rizo aumenta y la serie pega más fuerte.
- Nada siempre cerca de la orilla y no pierdas de vista a los menores, punto.
- Si sientes un tirón hacia afuera, no luches de frente: sal nadando paralelo a la costa y vuelve por un sector más tranquilo.
- Cuando el mar está pasado, el río es la alternativa más segura para mojarse y relajarse.
- En días grises puede haber resaca y fondo irregular; no confíes en la apariencia del momento.
No siempre hay banderas o salvavidas, así que tu lectura del agua vale oro.
Salud, sol y mosquitos
El sol aquí muerde. El sudor, la sal y la arena pegada recuerdan que estás en trópico.
- Usa protección solar alta y reaplica; una lycra de manga larga ahorra quemaduras.
- Hidratación constante con agua y, si caminas mucho, sobres de sales.
- Repelente al amanecer y atardecer; cerca del río aparecen jejenes. En alojamientos sencillos, pide mosquitero.
- Busca sombra real al mediodía y alterna con el frescor del río para bajar la temperatura del cuerpo.
Pequeños hábitos, gran diferencia. Aquí el día lo decide el río y el viento, tú solo te adaptas.
Dónde comer en Palomino
En costas del Caribe colombiano he comprobado que comer junto al mar tiene su encanto, pero el bolsillo a veces sufre. En Palomino esto se repite: la brisa salada, el sonido del río mezclándose con el oleaje y esa parrilla humeante invitan, aunque el precio suba por la vista. Por referencias de locales de Palomino, la ecuación es clara: si quieres calidad/precio, camina unos minutos hacia el pueblo; si buscas relajarte mirando el horizonte, paga un poco más en los chiringuitos de playa.
- Restaurantes de playa: vistas y precios más altos; por porción, pagas la postal. ¿Qué vale la pena? El pescado del día a la brasa y el arroz con coco cuando lo hacen lento y cremoso.
- Comedores del pueblo: porciones generosas, sazón casera, mejor relación costo/sabor. Menús del día con sopa, seco y jugo que rinden.
En playas similares he visto que llegar antes del mediodía cambia todo: el parrillero aún tiene los mejores cortes, el carbón está en su punto y no hay filas eternas. Recuerdo una mañana, olor a humo y coco tostándose, cuando un pescador me dijo: “si quieres buen róbalo, pregunta temprano; en la tarde queda lo que queda”.
Comida local y pescado del día
- Pescado a la brasa, arroz con coco y patacones son el combo ganador. Pregunta sin miedo por la pesca fresca: róbalo, pargo o sierra, según temporada.
- Consejo directo: llega temprano para mejores cortes y menos espera. Un buen pescado tarda 25–40 minutos; pide una ensalada o arepitas mientras sale.
Mi recomendación: confirma si el precio es por peso o por ración y qué incluye (ensalada, patacón, salsas). Si ofrecen suero y ajillo casero, ahí suelen cuidar el detalle. Y pregunta si el arroz con coco es “titoté” real; se nota en el color ámbar y ese toque dulce-salado que engancha.
Opciones vegetarianas y cafés
- Bowls con fruta local, panes de masa madre y cafés de origen de la Sierra Nevada están tomando fuerza en la zona.
- Busca espacios tranquilos con sombra para trabajar o escapar del sol del mediodía; ventiladores, buen Wi-Fi y mesas amplias hacen la diferencia.
Me parece interesante cómo pequeños tostadores locales manejan perfiles de cacao y panela en sus espressos. Si prefieres frío, un cold brew funciona para el calor. Ojo con los licuados con lácteos en horas de mucho sol si eres de estómago sensible.
Agua potable y hielo
- Usa botellas filtrantes y rellena en tu alojamiento o en cafés que tengan garrafón. Evita hielo de procedencia dudosa; mejor hielo en bolsa sellada.
- Rehidrátate con jugos naturales en puestos confiables: maracuyá, lulo, guanábana. Pide poca azúcar y sin hielo si no estás seguro del agua.
Detalles prácticos: lleva algo de efectivo; algunos locales fallan con datáfono cuando cae la señal. Pregunta por la propina antes de pagar y confirma si el precio incluye IVA. Así de simple, comes bien y sin sorpresas.
Actividades en Palomino
- Equilibrar mar y río para días más completos.
- Reservar con operadores responsables y grupos pequeños.
Palomino funciona mejor cuando alternas el salitre del Caribe con la frescura del río. Por referencias de locales de la zona, moverte con grupos pequeños reduce el impacto y te da una experiencia más tranquila. Evita las “gangas” sin seguro; a veces salen caras.
Tubing río Palomino paso a paso
El recorrido arranca con mototaxi o 4×4 hasta el punto de entrada en la ribera. El casco de la moto no siempre aparece; si te ofrecen uno, úsalo. El descenso dura de 60 a 150 minutos según el caudal: si el río va crecido, te lleva rápido; en estiaje, toca remar con las manos. Un mototaxista me dijo una regla clara: “si el agua baja color café espeso, no se entra”. Así de directo.
- Qué llevar: chaleco salvavidas (obligatorio), sandalias que ajusten, dry bag, repelente, bloqueador biodegradable, agua.
- Qué no llevar: objetos de valor, drones, botellas de vidrio. El río no es basurero: lo que sube contigo, baja contigo.
- Seguridad: sigue al guía, no bebas alcohol antes, respeta orillas y zonas de pesca. Si llueve fuerte en la Sierra Nevada, pospón.
El olor a selva húmeda y el sonido de aves te acompañan. En playas similares he visto que el silencio del grupo mejora la fauna que aparece en las ramas, punto.
Caminatas cortas y miradores
Senderos sencillos bordean el río hasta su desembocadura. Arena tibia, brisa salada y ese rumor del Caribe que se mezcla con el agua dulce. Para atardeceres, la boca del río es un balcón natural. La silueta nevada se deja ver mejor al amanecer entre diciembre y febrero, y también tras un aguacero que “lava” la atmósfera. Lleva repelente y gorra; el sol muerde a mediodía.
- Respeto: algunos accesos cruzan fincas. Pide permiso, cierra portones, no dejes huella.
Visitas responsables a comunidades indígenas
La cultura Kogi y Arhuaca merece respeto absoluto. Contrata guías avalados por cabildos; pagan justo y cuidan los códigos. No fotografíes sin permiso, viste de forma sobria y no lleves obsequios que rompan su dinámica. Si compras mochilas o tejidos, hazlo directamente y en efectivo. Nada de drones ni de entrar en sitios sagrados.
Excursiones a Tayrona o Riohacha
Si madrugas, es viable ir y volver en el día. Para el Parque Tayrona (acceso Zaino) hay buses desde la Troncal; calcula 45–70 minutos según tráfico. Lleva documento, reserva cuando haya cupos limitados y recuerda que el parque cierra en ciertas fechas de descanso biológico. Alternativas menos concurridas en alta: Los Naranjos, Mendihuaca y Quebrada Valencia.
Hacia Riohacha el bus tarda cerca de 90 minutos. Malecon con brisa constante, artesanías wayuu y buena luz para fotos al final de la tarde. En temporada alta el tráfico se complica; sal antes de las 6:00 y confirma el horario de regreso para no quedarte a pie. Si mal no recuerdo, la última van suele pasar antes del anochecer.
Palomino recompensa a quien planifica. Si entiendes el papel del río, el viento y los tiempos de traslado, tu día rinde mucho más. Mantén el presupuesto bajo control, respeta el entorno y la cultura local, y elige bien la zona donde dormir. Con esa base, Palomino se disfruta sin estrés. Así de directo: información clara, decisiones simples, viaje mejor.

