Trou aux Biches es laguna tranquila, sombra real y rutas sencillas si eliges bien la hora. Aquí voy directo a lo útil: acceso, clima, costos, snorkel sin complicaciones y dónde comer cerca. Menos improvisación, más disfrute.
Después de investigar Trou aux Biches, reuní lo que de verdad sirve para planear sin perder horas. Es una playa de laguna tranquila en Pamplemousses, con sombra natural y agua clara si eliges bien la hora. Aquí comparto rutas, clima, costos y trucos prácticos que he comprobado útiles en playas similares del Índico. Sin adornos, solo lo que funciona.
Acceso Trou aux Biches sin coche
Si llegas sin coche, el bus local conecta Port Louis y Grand Baie con Trou aux Biches. Es barato, paga en efectivo y con cambio chico, pero va parando mucho y el aire entra por las ventanas, no por aire acondicionado. Suena a motor antiguo, huele a sal y a gateaux piments cuando sube alguien con bolsa del mercado; funciona, solo hay que darle tiempo. Traslados privados y taxis recortan el viaje si vas con equipaje o niños. Acordar tarifa antes de arrancar te ahorra sorpresas.
Alquilar coche te da libertad para encadenar Mont Choisy, Pointe aux Piments y Grand Baie en el mismo día. Se conduce por la izquierda, muchas rotondas y radares discretos; Waze suele clavar los atajos por los cañaverales. En horas escolares (7:30–8:30 y 14:30–15:30) todo se frena, y los fines de semana al mediodía la costa norte se satura.
Rutas principales y tiempos reales
- Desde Port Louis: autopista M2 hasta Pamplemousses y desvío hacia la B13 costera. 30–45 minutos según tráfico y obras puntuales.
- Desde Grand Baie: carretera B13 bordeando la costa. 10–15 minutos, algo más si hay colas por playas y supermercados.
- Desde el aeropuerto SSR: M2 hacia el norte y salida a Pamplemousses. 1 h–1 h 20 min, cuenta extra en sábado y domingo.
Entre mediodía y media tarde de sábado y domingo la B13 se carga de coches, minibuses y furgones de buceo; llegar antes de las 9:00 simplifica todo y te gana sombra bajo las casuarinas, punto.
Dónde aparcar en Trou aux Biches
La playa pública tiene estacionamiento gratuito y a lo largo de la B13 verás bahías señalizadas. Se llenan rápido. En playas similares he visto que quien madruga evita vueltas, y aquí aplica igual. No ocupes rampas de embarcaciones ni entradas privadas; los pescadores locales salen y entran todo el día. Deja objetos fuera de vista y, si mal no recuerdo, había un vigilante ocasional cerca de los botes de tourets, pero no confíes en eso para descuidarte.
Un conductor local me explicó que cuando todo colapsa, muchos aparcan paralelo a la carretera y caminan 5–10 minutos. Funciona, siempre que respetes líneas amarillas y no invadas veredas.
Transporte público y taxi
Los buses pasan con buena cadencia en horas pico y espacian al mediodía. Si dependes del bus, verifica el último horario en la parada o pregunta al cobrador; los carteles no siempre coinciden con la realidad. Lleva rupias mauricianas, los conductores agradecen monedas. Por referencias de locales de la zona, la ruta que va a Triolet y la que va a Grand Baie paran cerca de la playa pública.
Los taxis oficiales funcionan bien para retornos al atardecer, cuando el bus va lleno y el sol cae detrás de los botes. No usan taxímetro, así que tarifa clara antes de subir. Algunos aceptan transferencia o app, pero lo seguro sigue siendo efectivo. Si viajas en grupo, un transfer privado puerta a puerta sale a cuenta y te evita cargar tablas de snorkel y mochilas por media B13.
Mi recomendación: planear la llegada temprano, dejar el coche bien ubicado y moverte a pie entre los accesos. La laguna se siente tranquila, pero el tráfico no perdona despistes, y aquí el tiempo bien usado empieza en la ruta.
Mejor época Trou aux Biches
El clima en Trou aux Biches es noble si lo entiendes. Temporada seca de mayo a octubre: menos lluvia, humedad más baja y brisa del sureste marcando el ritmo. Las mañanas suelen estar más estables y la visibilidad es aceptable temprano. Entre noviembre y diciembre el mar se siente más cálido, la luz amanece limpia y los colores de la laguna explotan. De enero a marzo hay riesgo de ciclones; toca revisar pronósticos y reservar con cancelación flexible. En costas del Índico he comprobado que las lagunas respiran con el viento: calma a primera hora, rizado a partir del mediodía si la brisa se entona.
Para ponerlo claro, esto funciona:
- Mayo–octubre: 20–26 °C en aire, agua sobre 23–24 °C. Viento SE más constante; mejor entrar al agua temprano. Tardes algo frescas a la sombra de las casuarinas.
- Noviembre–diciembre: 24–30 °C, agua 26–28 °C. Mañanas de vidrio y cielos nítidos; calor húmedo a partir del mediodía, pero la sombra natural ayuda.
- Enero–marzo: calor intenso, chaparrones cortos y posibilidad de sistemas tropicales. Lluvias fuertes enturbian la laguna por escorrentía; paciencia y flexibilidad.
- Abril: mes de transición muy agradecido. Menos viento, agua todavía templada, menos gente tras Semana Santa.
He visto que el agua se ve más clara entre 9:30 y 11:30 si la brisa aún no levanta rizado. A esa hora, desde la arena se nota el olor resinoso de las casuarinas y la superficie queda como espejo. Un instructor de buceo me dijo una vez: “si los banderines del centro ya flamean fuerte, perdiste la mejor ventana para snorkel”. Tardes ventosas empeoran la visibilidad y enfrían la sensación térmica al salir del agua.
Pequeños detalles que marcan el día:
- Radiación UV alta todo el año. Protector de arrecife, camiseta UV y sombrero. Punto.
- Marea con rango corto, pero en baja se siente más somero: cómodo para peques, ojo con cabezas de coral cerca de la superficie.
- Vida marina: tras cambios de viento o lluvias pueden aparecer pequeñas medusas; pregunta a los centros de snorkel, ellos lo detectan primero.
- Horario útil: si vas por agua plana auténtica y fotos limpias, entra al agua temprano y guarda la siesta bajo casuarinas para cuando el viento suba.
Por referencias de locales de la zona, los mejores días tras un frente lluvioso son el segundo o tercer amanecer, cuando el sedimento ya se asentó. Resulta curioso cómo cambia el color del agua solo con dos horas de brisa.
Trou aux Biches con familia o solo
Fondo de arena, oleaje mínimo y sombra bajo casuarinas la hacen muy cómoda para familias. La primera vez que vi a un grupo de niños jugando en la orilla, el sonido era puro: risas, ramas que crujen con las agujas de casuarina y el chapoteo suave de la laguna. Mi recomendación: calzado ligero para no rozar coral suelto, y agua reutilizable para todos.
Para quien viaja solo, es un sector con movimiento diurno y servicios a mano. Me gusta llevar lo justo en un dry bag y dejar objetos de valor fuera de la ecuación; sentido común y listo. Si buscas calma, llega temprano, disfruta la ventana de claridad y usa la tarde para caminar bajo sombra o tomar un roti mirando el vaivén de los barcos dentro del arrecife. Según los locales, al caer la tarde se siente más tranquila, aunque cada playa tiene su personalidad.
Presupuesto real para Trou aux Biches
Un lugar precioso puede volverse caro si no eliges bien dónde gastar. En el norte de Mauricio he visto que el truco es moverse temprano, comer donde comen los locales y reservar con cabeza. Llegando antes de las 9 evitas el tapón en la costera entre Grand Baie y Trou aux Biches, y encuentras sitio para estacionar sin pagar favores. Al atardecer, el tráfico vuelve a apretarse; si te quedas a ver la luz dorada sobre la laguna, espera 20–30 minutos antes de salir y respiras mejor.
- Comida: los puestos locales con roti, dholl puri y curries ligeros son un salvavidas del bolsillo. Un roti o dos con relleno suele estar entre 30–70 MUR c/u; un plato de briani o mine frit 150–300 MUR. En los restaurantes a pie de arena, la ubicación se paga: platos principales 600–1200 MUR, cerveza 120–180 MUR, cócteles arriba de 300 MUR. La señora de un carrito cerca del acceso público me dijo: “si quieres picante, dilo bajito”, y tenía razón; el chutney pega pero es rico.
- Movilidad: el bus público es muy barato (20–40 MUR trayectos cortos) y conecta bien con Grand Baie y Port Louis. Taxi y traslados privados varían por distancia y hora: Grand Baie–Trou aux Biches suele moverse en 300–600 MUR; aeropuerto 1200–2000 MUR según tráfico y hora. Negocia antes, sin prisa; por referencias de locales de Pamplemousses, pedir precio estimado en MUR evita confusiones.
- Actividades: snorkel desde la playa es gratuito si llevas tu equipo. Alquiler básico (máscara/tubo) ronda 200–400 MUR por día. Salidas en barco para snorkel o islas cercanas: 900–1800 MUR medio día, dependiendo del operador y temporada. Buceo certificado: 2500–4000 MUR por inmersión, paquetes salen mejor. Pregunta por grupos pequeños y política de cancelación si el viento cambia.
- Alojamiento: hay de todo: guesthouses y estudios sencillos desde 1200–2500 MUR la noche, mid-range 3000–6000 MUR, resorts frente al mar desde 9000 MUR y arriba. Reserva con antelación en temporada seca y evita sobreprecios de última hora. En playas similares he visto que hospedarte a dos calles de la arena baja el costo sin perder comodidad.
En mi experiencia, alternar comida local y una cena frente al mar equilibra gasto y experiencia. Un día de roti bajo casuarinas, otro de pescado a la parrilla con los pies en la arena. Funciona.
Servicios en Trou aux Biches
- Baños y duchas en la zona de playa pública: básicos, limpios si entras temprano. Lleva billetes pequeños por si piden una contribución.
- Sombra natural bajo casuarinas casi todo el día; alquiler de tumbonas en sectores específicos entre 300–500 MUR por jornada. La resina huele a bosque salino, una mezcla que me encanta cuando el sol aprieta.
- Centros de buceo y puntos de alquiler de snorkel sobre la carretera costera. Elige operadores que muestren equipos cuidados y briefings claros; si no te explican zonas de embarcaciones, mejor busca otro.
- Minimercados y cajeros en la carretera principal: agua, frutas, snacks, tarjetas SIM y retiro en MUR sin drama. Paga en efectivo en carritos; en restaurantes suelen aceptar tarjeta.
Lleva protector solar de arrecife y botella reutilizable; menos plástico, más comodidad. Un pescador me explicó que los días de mucho sol la laguna se calienta como sopa cerca de la orilla; recargar agua y buscar sombra te salva la tarde. Honestidad pura: al mediodía puede haber aglomeración y precios inflados junto a los hoteles, pero si ajustas horarios y eliges bien dónde gastar, Trou aux Biches rinde cada rupia.
Snorkel en Trou aux Biches condiciones y seguridad
La laguna de Trou aux Biches es tranquila y protegida por arrecife. Cuando el viento afloja y la marea está a media altura, el agua se vuelve clara como vidrio. A media mañana la luz entra con buen ángulo y la visibilidad mejora; los peces salen a patrullar los parches de coral y los fondos de arena se ven sin grano en suspensión. En costas del Índico he comprobado que ese combo —marea media y poco viento— es el que más rinde, aquí no es la excepción.
En playas similares he visto que el error común es meterse en cualquier parte. En Trou aux Biches conviene entrar por la playa pública y nadar paralelo a la costa, buscando los “bommies” (cabezas de coral) dispersos. Evita los canales de embarcaciones marcados con boyas: ahí puede haber corrientes y tráfico de botes. Un instructor local me dijo una vez, señalando el canal: “si ves espuma corriendo hacia afuera, no es tu zona de juego hoy”.
Seguridad sin dramatismo, pero con criterio. No pises coral ni toques nada vivo; más allá del impacto, hay fire coral y erizos que no perdonan. Aletas cortas te dan empuje sin golpear el arrecife ni cansarte de más. Para quien no domina la apnea, un chaleco de flotación o snorkel vest saca presión y te deja disfrutar sin pelearte con el agua. Camiseta UV, gorra y protector de arrecife puestos con antelación; el sol aquí muerde.
- Antes de entrar: revisa viento (si sopla cruzado, enturbia), mira dónde están las boyas y acuerda un punto de salida.
- En el agua: ritmo suave, no persigas fauna, mantén 1–2 metros del coral, y escucha. Si oyes motor, asoma la cabeza.
- Equipo: máscara que no empañe, tubo con válvula, aletas cortas y, si te fatigas, chaleco ligero. Un par de guantes NO para tocar coral, solo para rocas en la entrada/salida si hay oleaje.
Si el viento levanta y el agua se pone lechosa, no luches la tarde: cambia a una caminata bajo casuarinas. Ese crujir de las hojas y el olor a resina con sal compensa más que un snorkel gris. Vuelve temprano al día siguiente; a primera hora la laguna suele estar plana y se siente otro planeta. Un pescador de la zona me comentó que, cuando el alisio aprieta después del mediodía, “la laguna se despeina”. Tal cual.
Excursiones en catamarán desde Trou aux Biches
Las salidas más frecuentes apuntan a Coin de Mire, Îlot Gabriel y Flat Island. Son jornadas para mezclar navegación, agua clara y calas con buen fondo. Mi recomendación: operadores con briefings claros, cupos limitados y respeto por la fauna (ni feeding, ni tocar tortugas). Un patrón me explicó que, si mal no recuerdo, “regresa quien se organiza con la marea y el viento”; por eso confirma hora de retorno y condiciones del mar. El viento suele subir después de la 1 pm; el regreso puede moverse.
Pequeños detalles que suman:
- Lleva tu máscara si eres exigente con el ajuste; a veces el equipo de a bordo es estándar.
- Pregunta por zonas de snorkel lejos de los boat lanes y tiempos en el agua sin prisas.
- Si te mareas, asiento a barlovento y mirada en el horizonte. Hidratación constante, sin exceso de alcohol.
Cuando todo encaja —marea media, mar liso, sol alto— el azul frente a Coin de Mire parece encendido. Y al volver, la sombra de las casuarinas en Trou aux Biches te espera para una siesta corta, o para seguir con el plan del día, sin correr.
Dónde comer cerca de Trou aux Biches
Si buscas sabor real y gasto controlado, apúntale a los puestos con rotación constante. Roti y dholl puri recién hechos, mine frit al wok que humea y pescado del día que ves entrar desde la playa. Por referencias de locales de la zona, los mejores tienden a concentrarse a lo largo de la carretera costera y cerca de las paradas de bus: cuando ves fila de trabajadores y familias, ahí hay acierto.
Una mañana, con el olor a curry suave mezclado con salitre, la señora del puesto me dijo: “Si está crujiente y caliente, se vende rápido; si no, no sirve”. Tenía razón. Pide roti con cari poulet o vindaye de pez, y suma unos gâteaux piments para picar. Si atrapas un mine frit con verduras crocantes y un toque de salsa de soja mauriciana, mejor aún. Para beber, jugo de caña cuando lo prensan al momento o una alouda fría si la encuentras.
Los restaurantes junto a la arena funcionan muy bien al atardecer: luz baja, brisa amable, y ese silencio que cae cuando baja la intensidad del día. Mi recomendación: elige cartas cortas y pregunta por el producto fresco a la vista. Evita menús inflados sin pescado expuesto o sin plancha moviéndose. Lleva billetes pequeños para puestos y acuerda precios antes en sitios sin carteles. Pequeño detalle que ahorra discusiones.
Qué ver en Pamplemousses
- Jardín Botánico SSR: gigante, con sombra profunda y estanques de nenúfares que parecen espejos verdes. Excelente pausa de mediodía cuando el sol aprieta; los senderos son frescos y el ritmo se baja solo.
- L’Aventure du Sucre: museo en una antigua fábrica que da contexto a la isla y su historia. Hay degustaciones de azúcares y rones; si mal no recuerdo, la sala de catas tiene buen aire acondicionado y eso se agradece tras la caminata.
- Maheswarnath Mandir (Triolet) y el acuario en Pointe aux Piments: dos paradas cortas pero con carácter. El templo invita a entrar con respeto; el acuario, aunque compacto, entretiene si viajas con niños o si la tarde se nubla.
Cómo moverse sin perder tiempo ni dinero
Para distancias cortas, el bus es barato y confiable, pero lento. Funciona bien para ir a Pamplemousses, Triolet o Pointe aux Piments, siempre con efectivo y paciencia. Evita las horas punta (aprox. 7:30–9:00 y 16:00–18:30) cuando el tráfico alrededor de Grand Baie y los accesos hacia Port Louis se vuelve denso. En mis años explorando islas he visto que ajustar el reloj a ritmos locales ahorra energía, aquí pasa lo mismo.
Taxi con precio pactado antes de subir: pregunta a dos conductores y compara. El coche de alquiler da libertad, pero recuerda que se conduce por la izquierda y hay badenes sorpresivos. Aparcar cerca de la playa al mediodía puede ser un pequeño infierno; llega temprano o apunta al regreso tras el Jardín, cuando ya se liberan huecos. La moto rinde, aunque ojo con ráfagas de viento y baches en la costera.
Itinerario que funciona: mañana de agua clara, comida local en puesto con movimiento, y tarde cultural entre el Jardín y la antigua fábrica. Ritmo balanceado, sin prisas. Un pescador me explicó que el mar y la carretera se respetan igual: el que fuerza, pierde tiempo. Aquí ese consejo encaja perfecto.
Trou aux Biches recompensa a quien llega temprano, se mueve ligero y respeta el ritmo local. Si priorizas sombra, horarios de marea y previsión del viento, disfrutas agua clara y menos gente. Mantén el presupuesto en puestos locales, elige excursiones con operadores serios y cuida el arrecife. Viajar responsable aquí no es opcional, es parte de la experiencia, así de directo.

