Ras Um Sid (Sharm El Sheikh, Sinaí): pasarela al arrecife, amaneceres claros y agua mansa si eliges bien la hora

Ras Um Sid rinde cuando entras temprano y usas sus pasarelas al arrecife. Transporte claro, comida con vista y gastos bajo control. Guía directa para snorkel cómodo en el acantilado de Hadaba, sin humo ni promesas vacías.

Por referencias de locales de Sharm El Sheikh y horas de investigación, confirmé algo simple: Ras Um Sid recompensa a quien llega temprano y entra con calma. Es un acantilado con acceso directo al arrecife, ideal para snorkel sin complicarse. Aquí comparto lo que realmente sirve para moverte, ahorrar y disfrutar sin caer en trampas de novato.

Acceso Ras Um Sid sin coche

En costas del mar Rojo he comprobado que manda la logística simple: taxi con precio cerrado o shuttle del hotel. Las vans locales (microbuses) circulan por Peace Road hacia Hadaba, pero no siempre te dejan a pie de acantilado. Si no quieres caminar al sol, pídele al chofer que te acerque a las entradas señalizadas como El Fanar o LightHouse. La caminata final es corta, con algo de sombra, y el olor a sal ya te marca el rumbo. Un local me dijo: “muestra el pin en el móvil y di El Fanar, así no hay pérdida”. Funciona.

Si vas en taxi, negocia antes de subir y ten billetes pequeños. No necesitas paradas “obligatorias” en tiendas; sé claro desde el inicio: directo a El Fanar. Con shuttles de hotel, confirma horario de regreso; a veces el trayecto se llena y el retorno se alarga. En la entrada del acantilado hay control ligero de seguridad; lleva identificación y respeta las indicaciones. Señalización hay, pero puede ser dispersa: sigue los carteles a LightHouse o pregunta al guardia, que suele apuntar las stairs con una sonrisa y un gesto de mano.

  • Consejo rápido: guarda el punto exacto del acceso en tu mapa para la vuelta.
  • Si vas cargado con equipo de snorkel, una mochila liviana te salva la espalda en las escaleras.
  • Evita el mediodía para la caminata: el sol pega fuerte.

Dónde aparcar en Ras Um Sid

Hay plazas limitadas junto a los clubes de playa del acantilado. Llegar antes de las 9:00 facilita encontrar sitio sin vueltas. Algunos clubes cobran una tarifa que a veces descuentan del consumo; pregunta antes de entrar. Si está lleno, la jugada es estacionar en calles tranquilas de Hadaba y bajar a pie por las escaleras marcadas. No son eternas, pero son empinadas y pueden tener arena suelta; calzado cómodo, punto. Un encargado me comentó que los fines de semana el flujo sube: “mejor temprano o después de las 16:00 si solo vienes a mirar el mar”.

Evita bloquear accesos residenciales y deja margen para maniobras: los camiones de suministro pasan a media mañana.

Rutas desde el aeropuerto de Sharm el Sheikh

El trayecto directo toma 20–30 minutos según tráfico. Toma Peace Road dirección Hadaba y Old Market, luego sigue indicaciones a El Fanar/LightHouse. Con taxi, acuerda precio cerrado y evita desvíos “de cortesía”. Para la vuelta, pide al staff del acceso que te llamen un taxi de confianza; conocen choferes que no juegan con los tiempos. Servicios de apps son limitados en Sharm, así que no dependas de ellos. Si conduces, la ruta es clara, pero atención a rotondas y cambios de carril sin aviso; maneja defensivo.

Con el acceso resuelto, ya puedes enfocarte en elegir la hora con luz temprana y calma para entrar al agua sin estrés… pero eso lo afinamos en el siguiente capítulo.

Mejor época Ras Um Sid

En costas del mar Rojo he comprobado que el binomio luz temprana + viento suave manda, punto. En Ras Um Sid, abril–mayo y septiembre–noviembre dan calor manejable, menos grupos y un mar más ordenado a primera hora. En julio–agosto, entra al amanecer y evita el pico de sol; la luz cae oblicua sobre el acantilado, el agua parece de vidrio y hasta se escuchan gaviotas por encima del murmullo del arrecife.

El patrón diario suele repetirse: calma al alba, brisa del norte levantándose media mañana y, si sopla con ganas, pequeñas corrientes laterales pegadas al drop-off. Un socorrista en Hadaba me dijo una vez: “si quieres agua mansa, llega antes que los barcos”. Desde entonces apunto esa ventana de 6:30 a 9:30 cuando busco sesiones tranquilas. En invierno esa franja puede correrse un poco más tarde por el frío y los días cortos; en verano, cuanto más temprano mejor.

  • Invierno (dic–feb): menos gente, agua fresca y algún día ventoso. Buenas mañanas despejadas; sesiones más cortas.
  • Primavera (mar–may): sube la temperatura sin volverse pesada. Abril–mayo es la joya si buscas mar claro y brisa amable.
  • Verano (jun–ago): calor fuerte y más grupos entre 10:00 y 14:00. Amanecer o nada; hidrátate y busca sombra real.
  • Otoño (sep–nov): muy estable, agua templada y menos prisa por salir del agua. Septiembre y octubre son largos y agradables.

Pequeño detalle logístico que cambia el día: durante festivos egipcios (Eid) y picos de temporada, los clubes del acantilado llenan a media mañana y todo es más ruidoso. Si buscas silencio, ve entre semana y temprano. En Ramadán, según los locales, algunos turnos arrancan más tarde; conviene confirmar horarios la víspera.

Temperatura del agua en Ras Um Sid

El agua se mueve entre 22–24 °C en invierno y 27–29 °C en verano. Una malla fina o shorty de 2 mm en meses frescos alarga la sesión sin tiritones; en verano basta camiseta UV bien ceñida y lycra. Cuando entra norte por la tarde, el cuerpo se enfría más rápido y la sensación baja un par de grados; por eso el amanecer es tu mejor aliado para disfrutar sin prisas.

“Mira el borde del arrecife: si ves el abanico de antheas muy horizontal, hay corriente. Si flotan sueltas, entra tranquilo.” — consejo de un guardavidas en LightHouse

Recuerdo una mañana clara en noviembre: olor a sal y diésel lejano de los barcos, el sol levantándose detrás de Sharm y los corales encendidos bajo la pasarela. Sesión perfecta, 40 minutos sin empujones ni prisas. Otro día, tras tres jornadas ventosas, el mar venía con nervio lateral a media mañana; mejor café con vista y esperar la calma de la tarde, aunque cada playa tiene su personalidad.

Nota: Tras días ventosos, es normal encontrar algo de corriente lateral a media mañana. Ajusta el horario y no fuerces la entrada si ves bandera roja en los accesos. La siguiente sección va al grano con los puntos de snorkel y cómo moverte paralelo al drop-off sin complicarte.

Mejores puntos de snorkel en Ras Um Sid

La entrada más cómoda es por las pasarelas de los clubes del acantilado: bajas con calma, te sientas en la escalera y te dejas caer justo en el borde del arrecife, sin pisar coral. Un salvavidas egipcio me dijo una vez, con una sonrisa y té en mano, “mira las burbujas y no la pared”; tenía razón. Nada paralelo al drop-off y evita pegarte a la pared cuando la corriente aprieta. Lo bueno aparece enseguida: corales duros bien sanos, nubes de antheas naranjas, peces mariposa y trompeta. Mantén distancia, no toques ni alimentes, y evita aletas largas que golpeen el coral.

Para ir directo a lo mejor, estos puntos funcionan y no complican:

  • La punta de El Fanar (faro): la esquina gira hacia más azul y aparecen gorgonias a más profundidad. Si el viento sopla del norte, aquí se siente más; entra y sal por la misma pasarela.
  • Sector central de Hadaba: pasarelas de varios clubes con acceso fácil, arrecife continuo y menos exposición a corriente. Ideal para una primera vuelta larga y tranquila.
  • Hacia Sharm el Maya: franjas de arena y praderas marinas entre bloques de coral; hay chance de ver tortuga si vas observando despacio.

Para quienes bucean, los centros de Hadaba suelen organizar “check dives” desde costa con entrada por pasarela. Es una forma simple de conocer el perfil del sitio y, si el mar está bien, asomarse a los abanicos de gorgonias que cuelgan más abajo. En playas similares he visto que una inmersión corta, bien planificada, rinde más que pelearse con la corriente una hora.

Condiciones del agua en Ras Um Sid

La visibilidad suele moverse entre 20 y 30 metros cuando el mar Rojo está calmado. A partir de media mañana, si sopla norte, aparece una corriente ligera a moderada que empuja hacia la punta; ajusta tu recorrido para que el regreso sea a favor. Yo marco un objeto en superficie (una boya, la caseta del guardavidas, la sombra del faro) como punto de retorno claro; funciona.

Equipo simple y bien ajustado: máscara que no deje entrar agua, aletas cortas para maniobrar sin dañar el arrecife y camiseta UV de manga larga. Si te alejas de la escalera, deja dicho a tu compañero qué tramo harás y en qué pasarela sales. El protector solar debe ser reef-safe; ponlo al menos 20 minutos antes para no dejar película en el agua. Y ojo con el sol: el reflejo aquí quema rápido, hidrátate y guarda un descanso a la sombra entre sesiones.

Un instructor de Hadaba me explicó un truco simple: “si el cardumen de antheas está pegado al coral, hay tirón; si está abierto, es día fácil”. Lo he aplicado desde entonces. Cuando el mar amanece manso, el sonido es puro burbujeo y aleteo suave, huele a sal y a café recién hecho de los chiringuitos: esa es tu ventana para ver más y cansarte menos.

Presupuesto real para Ras Um Sid

Una mañana, al bajar desde Hadaba con la brisa seca del Sinaí en la cara y olor a gasolina leve, un taxista me dijo algo simple que me ahorró tiempo y dinero: “cierra ida y vuelta, amigo”. En costas del mar Rojo he comprobado que esto funciona. Pacta el precio, fija el horario de recogida y evita el taxímetro; te deja tranquilo para disfrutar del arrecife sin pensar en cómo volver cuando cae el sol.

  • Transporte: taxis con precio pactado funcionan mejor que el taxímetro; confirma ida y vuelta. Coste orientativo moderado dentro de Sharm, y menor si compartes.
  • Acceso: algunos clubes cobran entrada que incluye tumbona y uso de pasarela. Es razonable y te ahorra complicaciones.
  • Alquiler: máscara, tubo y aletas disponibles; si eres exigente, trae tu equipo. Precios variables según temporada.
  • Comida: platos principales con vista al mar a precio medio; agua y cafés mejor en combo para ahorrar.
  • Pagos: efectivo facilita descuentos; no todos aceptan tarjeta.

Sobre el taxi: por referencias de locales de Hadaba, un trayecto corto dentro de Sharm se paga mejor en efectivo, sin vueltas de cambio en billetes grandes. Si vas en grupo, compartido baja el costo y es más cómodo que regatear solo. Pide el número del conductor y confírmaselo por mensaje; si hay viento del norte, el regreso se agota rápido de coches.

El acceso por clubes en el acantilado suena a lujo, pero aquí es funcional: pasarela segura, sombra y una silla donde dejar tus cosas. Pregunta si incluye toalla, taquilla y si hay límite de tiempo. He visto que algunos te cobran un “upgrade” por zona de sombra mejor ubicada; si no lo necesitas, di que no, punto. La sensación de entrar por la pasarela con olor a sal y madera caliente ya compensa la pequeña entrada.

Sobre el alquiler de equipo, la calidad varía. Un chico del puesto me mostró máscaras “nuevas” y, al probarlas, una filtraba. Prueba la estanqueidad en seco, revisa hebillas y que las aletas no estén cuarteadas. Si eres de los que cuida detalles, trae tu propia máscara y snorkel; te quita incertidumbre y a la larga ahorra. Temporada alta significa más demanda y precios un poco más arriba.

Comer con vista al mar es ese gustito que no arruina el presupuesto si eliges bien. Me funcionó pedir combos: café turco o té de menta con agua grande a mejor precio que por separado. Los platos de pescado a la parrilla y ensaladas salen a tarifa media; si buscas bajar el ticket, guarda el antojo de postre para el Old Market más tarde, donde los dulces y panes cuestan menos y huelen a horno de verdad.

Pagos y tickets: el efectivo abre puertas a descuentos pequeños y evita recargos por tarjeta (algunos aplican 2–3%). Hay cajeros en Hadaba; retira antes de subir al acantilado. Revisa el ticket: a veces suman “servicio” y “impuesto” por duplicado. Si ves “paquete” con extras que no usarás (toalla premium, fotos, traslado), pídelo básico.

Consejo directo: pregunta qué incluye la entrada antes de pagar y revisa el ticket. Evita “paquetes” que no necesitas.

Dónde comer cerca de Ras Um Sid

Sobre el acantilado, con el faro a un lado y el arrecife respirando abajo, hay restaurantes que trabajan simple y bien: pescado a la parrilla, ensaladas crujientes y pizzas sin pretensiones. En costas del mar Rojo he comprobado que la rotación alta es sinónimo de frescura. Aquí lo notas en el olor a carbón limpio, en los ojos del pescado brillando y en el pan plano que llega aún tibio. Un camarero me comentó que “el pez no espera”, y se entiende: lo eligen, lo pesan, lo limpian y lo tiran a la parrilla en minutos.

Para el atardecer, el lounge que cae por la ladera se vuelve refugio. Luz naranja sobre las montañas del Sinaí, teteras de menta y bocados sencillos con un ambiente calmo. Después de una sesión de snorkel, sentarse ahí, con el salitre aún en la piel, baja revoluciones. Si hay brisa, pide mesa resguardada del viento; si mal no recuerdo, las de la esquina sur cortan mejor el aire.

Si buscas variedad y bolsillos más relajados, baja al Old Market. El sonido de los vendedores, el chisporroteo de planchas y especias en el aire te abren apetito. Un pescador me explicó cómo elegir: “mira las agallas rojas, huele el mar, no hielo”. Funciona. Aquí el juego es marisco al peso; mi recomendación: pide el peso y el precio por kilo por adelantado, acuerda cocción (a la parrilla, al horno con limón y ajo, o con salsa picante) y confirma si las guarniciones están incluidas.

Qué pedir y dónde sentarte

  • Filetes o pescado entero con arroz sayadiyah (arroz con cebolla dorada y especias), tahina y ensalada.
  • Calamares y camarones a la parrilla con limón, ajo y un toque de comino.
  • Mezze para compartir: hummus, baba ghanoush, tabulé, pickles y pan recién hecho.
  • Sopa de mariscos cuando cae el sol; reconforta y no satura.
  • Para picar en el lounge: foul suave, falafel (aquí le dicen taameya) y papas con za’atar.

En Hadaba hay cafés tranquilos con opciones vegetarianas, bowls simples, omelettes y jugos naturales de mango, guayaba o granada. Funcionan bien para desayunos tempranos antes del agua calma. Un local me dijo que el espresso “se toma mirando al mar”, y es cierto: busca terrazas con sombra; el sol pega duro desde media mañana.

Consejos prácticos para comer tranquilo

  • Agua sellada siempre. Con el hielo, usa criterio: si no tienes claro el origen, evítalo.
  • Pregunta si incluyen servicio e impuestos; en Sharm a veces se añaden al final.
  • Si quieres vista, reserva o llega temprano al borde del acantilado; al atardecer se llena.
  • Confirma la cocción del pescado y el punto de sal antes de que entre a la parrilla.
  • Algunos lugares no sirven alcohol; si te apetece cerveza, pregunta sin rodeos.
  • En el Old Market hay insistencia de anfitriones; mantén la sonrisa, mira menús con calma y elige por frescura, no por discurso.
  • Respeta el entorno: evita plásticos de un solo uso y no dejes colillas ni servilletas volando por el acantilado.

Cuando el carbón suelta ese aroma dulce y el pan llega inflado, sabes que estás en el sitio correcto. Simple, fresco y con el mar de testigo: esto funciona.

Qué ver en Sharm el Sheikh desde Ras Um Sid

Con base en Hadaba te mueves sin líos. Ras Mohammed en barco de día completo sale desde la marina de Sharm el Maya; los capitanes suelen pasar por dos arrecifes y dejan tiempo para snorkel con calma. Por referencias de locales, las salidas de primera hora evitan el viento de mediodía y la multitud. Para caminar sin prisa, el paseo por Sharm el Maya tiene olor a sal y gasoil de los barcos, y termina naturalmente en el Old Market: artesanías, fruta, especias y ese caos amable de regateo. Cuando cae el sol, la mezquita Al Sahaba se ilumina y la fachada cambia de tonos; merece la foto desde la plaza, con respeto a los horarios de oración. Si buscas algo suave, los botes con fondo de cristal salen cerca: te muestran el arrecife sin mojarte, ideal para quien no nada seguro o viaja con peques.

Apunta un detalle práctico: los microbuses blancos y azules recorren la Peace Road; paran con la mano levantada y cuestan poco. Los taxis funcionan, pero negocia antes o pide el precio por trayecto; si mal no recuerdo, los tramos cortos dentro de Hadaba no deberían dispararse. Tráfico suele ser fluido, aunque a la salida del Old Market hay embudo en noches de temporada.

Alojarse en Hadaba o cerca

Aquí mandan los hoteles y apartamentos medios, silenciosos por la noche y a minutos del acantilado. Si quieres madrugar para el agua mansa, dormir en Hadaba te ahorra tiempo y taxis. En playas similares he visto que la primera ventana tranquila va de 6:30 a 9:30; en la costa del Sinaí me han confirmado lo mismo: a mediodía entra brisa y a veces una correntada lateral que cansa.

Mi recomendación para elegir base:

  • Ubicación: cerca de la pasarela principal o de El Fanar Street para ir caminando, sin cuestas eternas con aletas y máscara.
  • Habitación: orientada al interior; el viento puede silbar por las noches, y el tráfico temprano despierta.
  • Transporte: pregunta si el alojamiento tiene convenio con taxis o shuttle a la marina; evita sorpresas al amanecer.
  • Equipo: algunos hoteles prestan chalecos y boya; si no, alquila en tiendas de Hadaba y revisa hebillas y visor antes.

Un recepcionista me dijo algo útil: “si sales antes del desayuno, avisa y te armamos un box”. Sencillo y salva la sesión de snorkel temprana.

Actividades en Ras Um Sid

Amanecer desde el borde del acantilado. La luz baja enciende los abanicos de coral y el mar está como plancha. Sesión suave de snorkel: entra por la pasarela, flota, respira lento y gira siempre hacia mar abierto para no rozar el coral. Lleva camiseta UV y protector de arrecife; el sol pega incluso con brisa.

Después, café mirando al mar y lectura a la sombra. Sin prisa. Un guardavidas me explicó que, si ves banderín amarillo y ondina en superficie, acorta la ruta: la corriente regresa hacia el faro y te obliga a patear más. Respeta las pasarelas, no te apoyes en el coral y recoge tu basura: aquí la naturaleza está a un metro de tus pies. Si no nadas, súmate a un bote de fondo de cristal temprano; el agua clara de la mañana se ve mejor y hay menos ruido de motores.

Ras Um Sid funciona cuando eliges bien la hora, respetas el arrecife y no improvisas con el transporte. Llega temprano, entra por las pasarelas, negocia taxis con claridad y come donde haya rotación de gente. Con ese enfoque, tendrás visibilidad limpia, menos corrientes y una experiencia estable. Así de directo, sin más vueltas.

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Bruno Costa

Bruno Costa es un viajero incansable y apasionado del surf. Ha recorrido playas de España, Portugal y Latinoamérica buscando la ola perfecta. En PlayasMundo comparte consejos, historias y destinos para que cada viaje al mar sea una experiencia inolvidable.

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